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Es una historia familiar que ningún guionista podría haber imaginado más interesante. Se trata de una familia rica y guapa, que llega a lo más alto y sufre reveses. Entran en juego la suerte y la desdicha, el alcohol y la religión, el glamour y la muerte, el poder y el sexo (mucho poder y mucho sexo) .
Los Kennedy fascinaron en Estados Unidos y en todo el mundo durante las últimas siete décadas, pero también turbaron, impresionaron o hirieron susceptibilidades Y a pesar de que todavía no se ha rodado ni un sólo minuto, la izquierda estadounidense ya habla de una difamación hacia la gran familia.
Ha pasado ya más de medio siglo desde que Estados Unidos y todo el mundo soñó con una ruptura. Después de Dwight Eisenhower, quien tuvo su mérito pero ya era mayor, llegó a la presidencia de Estados Unidos el joven senador John F. Kennedy. Héroe de guerra, tenía un aspecto deslumbrante y llegó a la Casa Blanca como el segundo presidente más joven de la historia de Estados Unidos junto con su encantadora esposa Jacqueline. Era una pareja moderna de ensueño que marcó a toda una generación.
La muerte estuvo siempre presente en la familia. El hermano mayor de John se mató en un bombardero en 1944, un hijo del presidente murió en la Casa Blanca y él mismo fue asesinado en 1963 en Dallas. Todavía hoy cientos de miles de estadounidenses creen que se trató de una conspiración de la mafia, del servicio secreto de la CIA, de los rusos, de los cubanos o vaya saber quién. Sencillamente no creen que el Apolo estadounidense fuese víctima de un loco.
Robert, hermano menor de John, fue asesinado en Los Angeles en 1968. Su esposa Jackie murió en 1994, a los 64 años. Su hijo John se estrelló con su esposa cuando piloteaba un avión privado en 1999. Casi ninguno de los Kennedy murió de viejo en la cama.
Todo esto es mucho material para una serie y más si es rodada por Joel Surnow, un director conservador, artífice de la exitosa serie 24, en la que el agente antiterrorista al que da vida Kiefer Sutherland recurre a la tortura como método legítimo para cumplir con su deber.
“Esto es un atentado fílmico. Será una telenovela barata” , dice el realizador Robert Greenwald, que afirma haber leído el guión de la serie que se prepara.
El diario The New York Times recuerda, sin embargo, que también Greenwald ha rodado cintas políticas y que presidentes conservadores como Roland Reagan y George W. Bush tuvieron que soportar duras críticas en imágenes.
Además, el historiador David Nasaw también se quejó sobre el proyecto diciendo que si los guionistas tuvieran conciencia, deberían cambiar los nombres de los personajes. “Todo esto (la serie) no tiene que ver con los Kennedy tal como yo los conozco”.
Los críticos encontaron además errores de bulto en el guión, pues se deja entrever que la idea de construir el muro de Berlín fue de John F. Kennedy. Theodore Sorenser, el que fuera una de los más estrechos consejeros de Kennedy, dijo a The New York Times: “Cada conversación en la que supuestamente estuve, nunca tuvo lugar”.
Joel Surnow pide paciencia para su proyecto al señalar que aún no se ha rodado la serie. Sin embargo, el realizador es uno de los enemigos favoritos de la izquierda, más desde que puso una calcomanía en su coche en la que se lee: “Las guerras nunca solucionaron problemas, aparte de la esclavitud, el fascismo, el nazismo y el comunismo”. (DPA)
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