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Cuando el 9 de noviembre de 1989 se abrieron las compuertas del muro berlinés, un sueño considerado imposible se convirtió en realidad.
La sorpresa se mezcló con una alegría espontánea y desbordante a ambos lados: los alemanes del oeste, de la República Federal de Alemania (RFA) y los alemanes del este, de la República Democrática Alemana (RDA) celebraron juntos una gran fiesta de reencuentro, no sólo en Berlín sino en toda Alemania. Había caído el muro que fue parte de las fronteras interalemanas desde el 13 de agosto de 1961. En 1990, la unidad estatal de Alemania se hizo efectiva finalmente y la RDA dejó de existir.
Ese año, cada persona de la ex RDA recibió 100 marcos alemanes, moneda alemana anterior, equivalente a unos mil pesos) como salutación. Fue también en ese año cuando el pueblo alemán eligió por primera vez conjuntamente un Parlamento federal alemán.
Helmut Kohl, el canciller federal de la reunificación, fue optimista, en su alocución televisada en la víspera del Día de la Unidad Alemana, el 3 de octubre de 1990:. Dijo: “Tenemos por delante un difícil tramo del camino. Queremos recorrer juntos ese camino. Si nos mantenemos unidos y estamos dispuestos al sacrificio, tenemos todas las probabilidades de alcanzar juntos el triunfo”.
¿Cómo es la situación en Alemania hoy, 20 años después de la caída del muro, 19 años después de la reunificación? ¿Cómo son los estados federales de la ex RDA hoy? ¿Se puede notar todavía que hasta hace dos décadas existían dos países alemanes?
Un desafío único
La reunificación de los dos Estados alemanes planteó un desafío único al país; muchas industrias cerraron en la RDA; se registró un alto nivel de desempleo y salarios más bajos que en los países federales de Alemania Occidental y, consecuentemente, un desequilibrio entre los alemanes del oeste y del este. La alta tasa de desempleo en los países federales orientales, como Turingia, Sajonia y Mecklemburgo-Pomerania Occidental ha ocasionado que alrededor de un millón de habitantes se hayan marchado desde la reunificación, en su gran mayoría hacia el oeste, donde hay más puestos de trabajo.
Pero la reunificación también permitió el progreso en los “länder” (estados) del este. Ejemplo de ello es el programa llamado “reestructuración urbana este”, que afecta a 342 ciudades y localidades de Alemania del este y cuyo objetivo es consolidar los centros de las ciudades.
Una ciudad favorecida por la reestructuración urbana y que también es un ejemplo magnífico para ciudades florecientes en Alemania Oriental es Dresde. La capital federal de Sajonia —en el centro de Europa— es también la capital alemana de la microelectrónica, “el Silicon Valley de Alemania”. Poco después de la reunificación, la empresa Siemens estableció allí una de las fábricas más moderna de chips del mundo, a la que le siguieron otras empresas. Dresde se convirtió así en un centro exitoso en el desarrollo de la microtecnología y en el polo líder en Europa en la producción e investigación de la microelectrónica.
La capital sajona también es atractiva para otros inversores, como Plastic Logic, una empresa británica, que producen pantallas, y que abrió en Dresde su única sucursal europea, el año pasado.
También entre los turistas, Dresde es muy popular, con sus monumentos históricos en el casco antiguo, como la iglesia de la epoca barroca “Frauenkirche” (Iglesia de Nuestra Señora), que fue reconstruida tras su destrucción, en 1945, y reinaugurada en 2005.
Otra ciudad en Alemania Oriental y a la vez una de las ciudades más interesantes de Europa es la propia capital alemana: Berlín. Esta ciudad fue dividida después de la Segunda Guerra Mundial: la región este de la ciudad se convirtió en la capital de la RDA y la parte oeste de Berlín era un enclave de la RFA.
Aquí, como en Dresde, hubo una remodelación después de la caída del muro. Gracias a eso, varios edificios han recobrado su antiguo esplendor. Un ejemplo es el Reichstag, donde está el Parlamento federal alemán como la sede del gobierno desde 1999.
¿Qué diferencias se pueden notar en Berlín desde la reunificación, con respecto a las décadas anteriores, cuando era una ciudad dividida?
En Potsdamer Platz (Plaza de Potsdam), se puede ver cómo la ciudad cambió en los últimos 19 años, desde la reunificación. Hasta 1989 el muro cruzaba esta plaza en su sector oeste. Era tierra de nadie. Pero después de la caída del muro, toda el área alrededor de Potsdamer Platz llegó a convertirse en el solar más grande de Europa.
Renacimiento urbano
Se desarrolló un nuevo barrio con rascacielos modernos, en los cuales fueron instaladas empresas reputadas como Sony Center, inaugurado en el año 2000. Alberga las oficinas de la empresa Sony en Europa y, al mismo tiempo, también se ha convertido en un centro atractivo para los jóvenes, con sus cines y restaurantes en sólo uno de los edificios de Potsdamer Platz.
Alemanes del oeste, norte y sur llegan a Berlín para habitar en la metrópolis revivida; los jóvenes se trasladan a la capital para estudiar en la Universidad de Humboldt, que ha servido como modelo para otras universidades no sólo en Europa, sino también en norteamérica.
Otros vienen para disfrutar de los barrios en el oeste de la ciudad como Chalottenburg, con el “Kurfürstendamm” (la avenida de los barones) lleno de boutiques exclusivas, teatros y cafeterías y los cuartos en el este, como Prenzlauer Berg (la montaña de Prenzlau). Este barrio es uno de los más populares en la actualidad, con un ambiente juvenil reflejado en la gran cantidad de bares y cafés, llenos de artistas y gente pintoresca.
Saliendo allá el fin de semana, viendo a gente de toda Europa y otros continentes y alemanes de todos los países federales, del oeste como del este, resulta difícil imaginar que hasta hace 20 años una barrera, el muro de Berlín, dividía al país en dos.
Hoy en día se puede sentir el triunfo que se alcanzó con la reunificación alemana, aquel 3 de octubre de 1990.
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