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La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para la Defensa de los Derechos Humanos exigió ayer una investigación independiente sobre “crímenes de guerra” que habría cometido Israel en la Franja de Gaza, luego de informes de que las fuerzas israelíes bombardearon, el pasado 4 de enero, una vivienda repleta de civiles palestinos y mataron a 30 personas.
El Ejército israelí, que ayer continuó con su operación pese a la resolución de Naciones Unidas que llamó a un cese del fuego, señaló que las acusaciones sobre la matanza son “inverosímiles”, pues “en el momento de los hechos no tenía tropas allí”.
Sin embargo, palestinos y agencias de ayuda humanitaria afirman lo contrario, con base en testimonios de vecinos y sobrevivientes. Ayer, durante una reunión de emergencia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la sudafricana Navi Pillay dijo que, si bien el daño causado a civiles israelíes por el lanzamiento de cohetes de Hamas es totalmente inaceptable, eso no excusaba los presuntos abusos llevados a cabo por las fuerzas israelíes como represalia.
Luego, en entrevistas para la londinense BBC y para la agencia Reuters, Pillay dijo que el incidente del lunes en el barrio Zeitún, en Ciudad Gaza, “parece contar con todos los elementos de un crimen de guerra”.
Los reportes iniciales sobre el incidente cifraban en 11 los muertos, pero el nuevo informe de la ONU, basado en los relatos de testigos, dice que las víctimas mortales ascienden a 30.
Los testigos dijeron que fue el propio Ejército israelí el que les ordenó a 110 civiles palestinos quedarse en una sola vivienda “por su propia seguridad”. “Veinticuatro horas más tarde, fuerzas israelíes bombardearon repetidamente el inmueble, matando a aproximadamente 30” personas que se alojaban en él, agregó el texto de la ONU.
El Comité Internacional de la Cruz Roja aseguró que no fue sino hasta el miércoles que Israel permitió a representantes ingresar a Zeitún, donde se encontraron con un panorama desolador. Miembros de la agrupación israelí de derechos humanos B’Tselem, dijeron que soldados israelíes estaban en la zona, pero Yaacov Dallal, portavoz militar israelí, aseguró que no tenía registro de ningún ataque y que “es improbable que un suceso con tantas víctimas haya pasado inadvertido durante cuatro días, y que no se haya dado cuenta de él en ningún medio ni existan informes de registro en hospitales”.
Mientras tanto, los ataques tanto de Israel como de Hamas prosiguieron pese al alto el fuego reclamado por la ONU en una resolución aprobada el jueves. “El Estado de Israel no ha aceptado nunca que ningún organismo externo determine su derecho a defender la seguridad de sus ciudadanos”, afirmó el primer ministro israelí Ehud Olmert, quien ayer mismo recibió una llamada del secretario de la ONU, Ban Ki-moon, expresándole su descontento por haber hecho caso omiso al llamado internacional.
Olmert dijo también que los continuos lanzamientos de cohetes por parte de Hamas prueban que la resolución de la ONU “no es práctica y no será respetada por las organizaciones palestinas asesinas”.
Hamas también desdeñó la resolución. “La decisión (de la ONU) no nos afecta, porque Hamas no fue consultada y no se tomaron en consideración los intereses y las demandas de nuestro pueblo en Gaza”, dijo el portavoz del grupo palestino, Sami Abu Zuhri, en declaraciones a la cadena Al Yazeera.
Las fuerzas israelíes siguieron bombardeando Gaza por aire, tierra y mar. Más de 50 blancos fueron atacados, incluyendo instalaciones donde se fabricaban misiles y desde donde Hamas lanzaba cohetes. A la vez, Israel confirmó que la organización radical palestina lanzó unos 30 cohetes hacia el sur del territorio israelí.
Médicos de la Franja de Gaza dijeron que la cifra de muertos palestinos había aumentado a 784, aunque otras fuentes hablan de unos 800 decesos. Diez soldados israelíes han muerto, así como también tres civiles que fueron impactados por los disparos fronterizos de Hamas en los primeros días de la operación.
Entre las últimas víctimas palestinas figuran seis familiares de un activista del Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP). Pese a los ataques, las organizaciones de ayuda humanitaria de la ONU presentes en la Franja de Gaza anunciaron que retomarán las actividades que desempeñaban antes de que Israel atacara un convoy de ayuda. Israel, dijeron, dio “garantías creíbles” de que respetará las misiones.
Según la página en internet del diario Maariv, el gobierno “prepara la tercera fase de la Operación Plomo Fundido, que consiste en la entrada de más fuerzas reservistas y, con ellas, extender las operaciones terrestres”.
Comentario:
La investigación debe ser sobre ambos bandos en conflicto.
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