ONU advierte retroceso en distribución de agua.

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Durante los últimos 20 años México ha presentado retrocesos en la distribución de agua potable entre sus habitantes, así como en la conservación de bosques, informó la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Según el informe Objetivos de desarrollo del milenio: Avances en la sostenibilidad ambiental del desarrollo en América Latina y el Caribe, presentado ayer por el organismo, la disponibilidad de agua dulce renovable en la década de los 90 fue de 5 mil 298 metros cúbicos anuales por persona, mientras que en 2007 la cifra bajó a los 4 mil 312 metros cúbicos.

El organismo tiene registrado que en 1950 el alcance del suministro estimado por habitante era de 17 mil 742 metros cúbicos, lo que representa una baja de poco más de 13 mil metros cúbicos en poco más de medio siglo.

En el documento se advierte que la zona denominada “Aguas del Valle de México y Sistema Cutzamala”, presentaba hace dos años flujos menores a 500 metros cúbicos anuales por persona.

La situación en esta última región es “la más preocupante”, advirtió la ONU, debido a que se encuentra en condiciones de “escasez grave”.

Las zonas “Lerma-Santiago-Pacífico”, “Río Bravo” y “Península de Baja California” registraron en 2007 una disponibilidad de mil a mil 700 metros cúbicos anuales del líquido y son ubicadas como espacio de “estrés hídrico”.

Para estos sitios, la ONU pronosticó para 2030 un descenso que las ubicaría en la marca de 500 a mil metros cúbicos por habitante.

En relación a la degradación forestal, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), uno de los organismos que participó en la compilación del estudio, explicó que de 1990 a 2005 la pérdida total de la superficie se acercó a 3%.

Relacionan daños con pobreza

El problema en la región se debe, agrega el documento, a la expansión de la agricultura industrial y a las actividades ganadera y forestal, que responden a la demanda mundial de alimentos, combustibles y madera.

El secretario de Medio Ambiente, Juan Elvira Quesada, presente en el acto, dijo que la actual administración ha refrendado los objetivos planteados en la materia, y advirtió que la degradación del ecosistema es un problema relacionado con el nivel de pobreza.

Dijo que la Procuraduría de Protección al Ambiente (Profepa) “no ha podido detener la tala ilegal” y en cambio el programa ProÁrbol ha tenido mejores resultados.

Además, la Semarnat presentó las reglas de operación para el ejercicio futuro de este proyecto y detalló que se implementarán tipologías de productores; áreas prioritarias para destinar los apoyos; reducción de categorías y conceptos de apoyo, y estrategias de control y supervisión, entre otras, para eficientar la estrategia del plan que tenía “debilidades”, según comentó Juan Manuel Torres Rojas, director de Conafor.