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jueves, 18 de febrero de 2010

Drogadictos acaban en psiquiátricos por error.

Reportaje:


Comparten los delirios de persecución, el miedo al envenenamiento, las charlas a solas, los celos exagerados, los enemigos imaginarios. Son vecinos de cama, pero no padecen de lo mismo. A algunos de ellos los enviaron al psiquiátrico por error. Su delito fue aparecer en una sala de urgencias con un cuadro sicótico provocado por el consumo de mentanfetaminas, en un país donde la especialización en adicciones es prácticamente nula y los médicos suelen diagnosticar esquizofrenia o algún otro trastorno mental, antes de detectar que están frente a un problema de adicciones a drogas.

Ricardo Sánchez Huesca, director de investigación y enseñanza del Centro de Integración Juvenil (CIJ), recuerda las ocasiones en las que ha recorrido los psiquiátricos, sobre todo los de la frontera del país, donde el consumo de metanfetaminas y heroína es común, “si no eres experto podrías pensar que los jóvenes con miedo a que un personaje imaginario les haga daño son enfermos mentales, y efectivamente tienen cuadros sicóticos, pero provocados por consumo de sustancias, por lo que no puedes dar el mismo tratamiento a un adicto que a un paciente de esquizofrenia”, comenta el doctor.

Sánchez Huerta califica estos errores médicos como graves, pues el hecho ocurre en muchas salas de urgencias del país. “La realidad es que no hay médicos especialistas en adicciones que detecten los síntomas de una intoxicación por drogas; vaya, ya no hablemos de una especialidad, ni siquiera tienen la sensibilidad de indagar clínicamente si el paciente que tienen enfrente está atravesando por un cuadro sicótico a consecuencia del consumo de drogas”.

Los diagnósticos equivocados son la consecuencia de que la especialización en adiciones esté en “pañales”.

Gracias a las encuestas nacionales de adicciones, se sabe que hay medio millón de mexicanos adictos a algún tipo de droga, pero no existe un número oficial de cuántos especialistas están calificados para darles tratamiento.

Esfuerzos aislados

A nivel nacional, las universidades que imparten maestrías en adicciones se cuentan con los dedos.

El orgullo más grande del Consejo Nacional contra las Adicciones (Conadic) son los 180 titulados de la maestría que imparte la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) junto con el Centro de Integración Juvenil.

Para José Manuel Castrejón, director de vinculación sectorial del Conadic, la pequeña cifra es un avance. “Estos nuevos especialistas son resultado de los primeros esfuerzos que el sector salud está haciendo para enfrentar el problema de las adicciones”, dice.

Castrejón explica que la especialización se imparte desde hace seis años y que hay algunos otros ejemplos, además de la UNAM, como las universidades de Tamaulipas, San Luis Potosí, o Morelos, la cual imparte un curso en línea sobre el tema.

Para el investigador Ricardo Sánchez Huesca, la ausencia de preparación en el tema sigue siendo grave, pues en las carreras de Medicina ni siquiera existe como materia y las facultades más avanzadas siguen la problemática apenas como parte de un temario, dentro de una asignatura. El investigador concibe el desinterés como un reflejo del desequilibrio que hay entre el presupuesto asignado a la lucha contra el narcotráfico y el consumo de drogas.

A éste último se asigna sólo 1.2% del presupuesto del sector salud, ello a pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que sea 10% lo asignado para atender enfermedades mentales y adicciones.

No es el único número que está desproporcionado. La lucha contra el narcotráfico opaca cualquier cifra que revele el esfuerzo que el gobierno está haciendo para prevenir y tratar las adicciones. Un ejemplo: sólo la presencia militar en la guerra contra el narco rebasa los 12 mil elementos.

Dos datos comparativos más: la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) informaba en 2004 que la inversión del gobierno federal en la lucha contra el narcotráfico había sido de 8 mil 835 millones de pesos. Tres años después, con una inversión de 589 millones 972 mil 198 pesos, el gobierno anunciaba como parte de la Estrategia Nacional para Prevención y Tratamiento de las Adicciones la creación de más de 300 Unidades de Especialidad Médica (UNEMES) para la prevención y promoción de la salud, en materia de adicciones.

Básica, la detección temprana

Víctor Márquez es director de tratamiento del CIJ y explica que el asunto no es diferente a nivel mundial, pues no existe una buena curricula de especialistas en adicciones. “No es una especialidad atractiva para los médicos a pesar de que al haber más consumidores crece la necesidad de servicios especializados en la materia”, dice.

Márquez explica que de los 500 mil adictos que hay en el país, sólo 16% ha acudido o acude a tratamiento. Lo que refuerza la idea de que son indispensables los especialistas no sólo para tratar, sino para prevenir las adicciones.

El director del CIJ dice que su institución está preparando una propuesta de política pública para que desde la carrera de Medicina la materia de adicciones sea parte del programa de estudios. Además, la propuesta contempla también que en todas las licenciaturas que tienen que ver con el área de salud se imparta una materia sobre “detección temprana de drogas”.

El investigador recuerda que desde los años 70, las adicciones se han tratado en los hospitales psiquiátricos, pero que en los últimos 25 años los enfoques de tratamiento han cambiado.

“Hoy se sabe que las adicciones se deben tratar con un equipo multidisciplinario; médicos generales, psiquiatras y psicólogos, todos ellos especialistas en el tema”, comenta.

El especialista del Centro de Integración Juvenil asegura que el tratamiento en adicciones está muchas veces malinterpretado y que a pesar de que existe una Norma Oficial Mexicana para la Prevención, Tratamiento y Control de las Adicciones que regula la intervención profesional en los tratamientos, no siempre se sigue con los lineamientos adecuados.

La autoayuda

En materia de adicciones hay mucho por hacer. No sólo en cuanto a la preparación de especialistas, sino también en un mayor acercamiento y vigilancia de médicos con los grupos denominados de autoayuda.

El director de tratamiento del CIJ explica que la Norma contempla que se deben integrar a profesionales de la salud a los grupos de ayuda mutua, como los de Alcohólicos Anónimos, sin embargo esto no ocurre.

De hacerlo, los casos de recuperación serían más constantes y el número de recaídas sería mucho menor.

La Central Mexicana de Servicios Generales de Alcohólicos Anónimos no revela el número de recaídas que enfrentan sus casi 300 mil agremiados.

La institución asegura que sus especialistas se concentran en los casos de éxito y en tratar los “problemas de conducta”, como llaman a los trastornos mentales, bajo un proceso de autoanálisis de la personalidad.

Para los especialistas en adicciones, este autoanálisis y terapia grupal sería mucho más efectivo si se tratara el problema de fondo con medicamentos que atacaran la depresión o ansiedad, trastornos de los que casi siempre se acompañan las adicciones.

Ellos aseguran que el tratamiento que funciona es el multidisciplinario y que la especialización en adicciones requiere en sí de una especialización por droga, pues cada sustancia es un mundo.

“En los Centros de Integración Juvenil” tenemos especialistas en tabaco, en alcohol, en metanfetaminas, en heroína, en solventes, en cocaína y crack. Cada droga tiene sus efectos, daños y tratamiento específico”, asegura.

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