“Gobernar en quiebra, un reto”.

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Hace siete años fue rechazado por el PRI para contender por una diputación local; hoy, con las siglas del PAN, el joven político y alguna vez taquero Carlos Rosado Ruelas, gobernará esta capital, otrora bastión priísta.

A sus 31 años de edad, el panista y exitoso comerciante del tradicional platillo lechón horneado, dio la campanada al lograr la hazaña política de arrebatarle la capital campechana al PRI, que había gobernado durante los últimos 80 años.

Afirma que es un municipio “muy atrasado” en servicios públicos, con diversos asentamientos irregulares y un ayuntamiento “quebrado”, que hereda de la administración priísta de Osnerol Pacheco, hoy diputado federal electo.

Admite que la alcaldía significará un duro reto para los próximos tres años, pues los problemas presupuestales dificultarán solucionar las demandas de servicios públicos, como agua potable, pavimentación, drenaje y alumbrado.

El futuro alcalde de Campeche para el periodo 2009-2012 estima que para resolver y enfrentar el déficit presupuestal necesariamente lo llevará a contratar deuda pública, a fin de tener recursos para iniciar obras y proyectos de infraestructura, a partir del mes de enero próximo, pues de lo contrario quedará paralizada la administración pública municipal hasta mayo o junio en que se suministren los recursos federales.

Reconoce que excepto el primer cuadro de la ciudad que está totalmente modernizado —declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO—, el resto de las colonias de la capital y comunidades rurales del municipio de Campeche acusan rezagos en todos sus órdenes.

Carrera política

Rosado Ruelas alcanzó este cargo, previo a su paso por la diputación del tercer distrito, de los siete que tiene la capital de Campeche, el cual ganó en su segunda elección, pues la primera vez fue derrotado.

En 2003, Rosado Ruelas aceptó ingresar a las filas del PAN a invitación del desaparecido Juan Camilo Mouriño y de Rafael Alcalá. Antes decidió retirarse del PRI, luego de que el líder priísta Jorge Luis Lavalle le negara su autorización para buscar una diputación, pues le dijo que tenía que hacer “fila”.

El triunfo del candidato del Partido Acción Nacional (PAN) a la alcaldía lo obtuvo con el voto diferenciado que le otorgaron 10 mil 485 campechanos, ya que de todos los cargos en disputa en el municipio —siete diputaciones locales, un legislador federal y gobernador— todos fueron ganados por priístas y él fue el único panista que se alzó con una victoria.

Carlos Rosado Ruelas comenta que durante el proceso electoral tuvo todos los factores en contra, como el manejo mediático de la información, incluso el día de la elección (5 de julio) se afirmó que había perdido, con 57 mil 408 votos contra 46 mil 923 del priísta Carlos Felipe Ortega Rubio.

Su contrincante, el diputado local con licencia y ex presidente de la Gran Comisión del Congreso, fue impulsado por el gobernador Jorge Carlos Hurtado González.

Conocido durante su campaña con el mote del Príncipe del Lechón Tostado, Rosado Ruelas fue antes dirigente estatal de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac).

El también contador público y maestro en derecho fiscal dice sentirse orgulloso de provenir de la cultura del esfuerzo, pues en el negocio familiar se desempeñó como mesero, despachador, taquero, cajero y en todas las actividades que se inician desde el cuidado de los cerdos, matanza, preparación y horneada.

Su familia, de origen ferrocarrilera, se metió de lleno al negocio de la comida de lechón horneado y hoy es la que ofrece los banquetes a los principales políticos y empresas de Campeche. La sucursal ubicada en la unidad habitacional Fidel Velázquez, atendida por sus padres Carlos Ernesto Rosado y Norma Ruelas, es la de mayor demanda en esta capital.

Cree que esa formación, así como su experiencia en la contraloría del ayuntamiento de Champotón y su paso por el Congreso local, le servirán para conducir este municipio. Afirma que “los 700 millones de pesos que tiene de presupuesto el municipio, sin llevárselo a los bolsillos, alcanzan para atender los problemas”.