El aumento de créditos en Brasil, primer síntoma del principio del fin de la crisis.

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Una señal clara de que la crisis económica mundial, que había afectado a Brasil menos que a otros países de América Latina, podría empezar a diluirse es que los trabajadores, sobre todo los que perciben los salarios más bajos, han vuelto a pedir créditos. "Es un síntoma de la recuperación de la economía doméstica", aseguran los expertos.

El Indicador Serasa de Demanda del Consumidor por Crédito avanzó de 98,8 puntos en mayo hasta los 102,7 en junio. Este ascenso supone el mejor resultado desde que en septiembre de 2008 se situara en 103,7 puntos. El indicador ya registra cuatro meses consecutivos de subidas, coincidiendo justamente con el periodo que se consideraba más crítico de la crisis. En junio, el incremento fue de un 4% sobre mayo. Estos números indican que lo peor para el consumidor ya ha pasado, según el Indicador Serasa.

La búsqueda de crédito, que en Brasil no ha faltado para los pequeños consumidores en este periodo de crisis gracias a la política social del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, se ha visto incluso favorecida por el descenso de los intereses, que, aún siendo muy altos, han bajado considerablemente y se encuentran ahora en un 7,6%.

Otros indicadores, además de la búsqueda de crédito, confirman que la crisis está amainando. Por ejemplo, el volumen de préstamos ofrecidos por los bancos llegó al 43% el producto interior bruto (PIB) en mayo, una marca inédita que llevó al Banco Central a revisar del 44% al 45% su proyección para 2009.

Al mismo tiempo, Europa acaba de perder en favor de Asia el puesto de primer comprador de productos agropecuarios de Brasil. En los primeros seis meses de este año, los países asiáticos adquirieron 10.190 millones de dólares, mientras que las compras europeas ascendieron a 12.991 millones de dólares. De entre los países asiáticos, China se lleva la palma en la compra de productos brasileños con un total de 2.000 millones de dólares.