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El nuevo esquema de contratación que Petróleos Mexicanos (Pemex) lanzará en los próximos meses va a generar una cascada de contratos entre las empresas privadas, nacionales y extranjeras, con un valor total superior a los 142 mil millones de dólares.
Será una inversión millonaria que se va a ejercer en “muchísimos” contratos ya sea adquisición de equipos, perforación de pozos, mantenimiento de líneas o prestación de servicios, dijo Sergio Guaso, subdirector de Nuevos Modelos de Negocios de Pemex Exploración y Producción (PEP).
Durante su participación en el International Conference on Exploration and Production of Oil and Gas in Mexico: The New Contractual Regime, organizado por el Institute for Energy Law y la Asociación Nacional de Abogados de Empresas (Anade), el funcionario de Pemex explicó que no se trata de un sólo tipo de contrato que la paraestatal va a oferta, sino de una variedad extensa que va a depender de las brechas que presente cada proyecto, de la cartera de inversiones autorizada y de la decisión del administrador del proyecto sobre qué contratar, cómo contratar y cuándo contratar.
Javier Estrada, comisionado de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) indicó que Pemex va a entregar esos contratos a las empresas que demuestren solvencia económica.
Guaso comentó al respecto que las compañías que decidan recurrir a la banca para financiar los proyectos, tendrán el respaldo de la paraestatal: “la garantía será las cuentas por cobrar, es un compromiso de pago a terceros y es muy financiable”.
Lo que está prohibido por la ley, añadió el funcionario, es que liguemos el pago a rentabilidad del proyecto, a los ingresos que obtenga Pemex por el proyecto o al barril obtenido.
Citó por ejemplo, que Cantarell y el activo Ku-Maloob-Zaap requerirán de contratos convencionales porque ahí Pemex tiene la tecnología, la experiencia, los recursos humanos, “prácticamente todo para su explotación”.
En estos dos proyectos, de acuerdo con los análisis costo-beneficio, los contratos que entregará Pemex suman casi 48 mil 714 millones de dólares.
Hay otra modalidad de contratos, los transacionales, en donde Pemex no cuenta con el “know How”, es decir, tecnología y suficientes recursos humanos especializados, como en la zona gasífera de Burgos, Jujo-Tecominoacan, el Complejo Antonio J. Bermudez, principalmente.
Tan sólo la explotación de la cuenca de Burgos entre los años de 2010 a 2027, va a requerir cientos de contratos con un valor total de 21 mil 422 millones de dólares.
El encargado del diseño del nuevo esquema de contratación de Pemex, añadió que aguas profundas, Chicontepec y campos maduros tendrán un tratamiento diferente porque ahí se requiere prácticamente todo y en donde la empresa paraestatal no cuenta con capacidad de ejecución y se busca mitigar riesgos financieros.
Lakach, el primer yacimiento descubierto en aguas profundas del golfo de México, permitirá otorgar contratos por casi 2 mil millones de dólares entre 2013 y 2022, mientras que Chicontepec generará una derrama de aproximadamente 65 mil 478 millones de dólares en los próximos 17 años.
Campos maduros como el integral Poza Rica, Cárdenas, Cactus Sitio-Grande y Yaxche, entre otros, permitirán distribuir recursos por casi 6 mil 775 millones entre empresas contratistas y proveedoras.
A estas se suman los contratos que generarán los nuevos descubrimientos como los yacimientos Ayatzil-Tekel y Tsimin-Xux, cuyas inversiones a ejercer entre 2010 y 2024 ascienden a 2 mil 580 millones y 3 mil 60 millones de dólares, respectivamente.
El comisionado de la CNH, reiteró que Pemex requiere de contratistas de demostrada solvencia que le permitan desarrollar los proyectos de exploración y explotación que necesita el país, ya que con ello incrementa su capacidad de ejecución, su alcance financiero y la superación tecnológica.
Además, dijo, la complejidad de los proyectos exige que Petróleos Mexicanos cuente con contratos adaptados a los retos que enfrenta y que estos contratos sean competitivos respecto a los mercados internacionales, “sino, no vamos a traer a los mejores”.
Reconoció que la Comisión Nacional de Hidrocarburos no tiene injerencia en el diseño o suscripción de los contratos, pero el Poder Legislativo le otorgó facultades para evaluar la eficiencia de las actividades que realiza Pemex o subcontrata con terceros.
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