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La explosión de varias granadas en un cuartel militar ha elevado la tensión en Tailandia, donde 100.000 opositores al Gobierno se concentran ante otro acuartelamiento para pedir la convocatoria de elecciones anticipadas. El primer ministro, Abhisit Vejjajiva, anunció en la televisión estatal que no piensa dimitir, antes de salir en helicóptero del complejo militar donde se encontraba cercado por los manifestantes.
Dos soldados han resultado heridos en el ataque, efectuado con un lanzagranadas desde el exterior del cuartel, según un portavoz militar. Se desconoce la autoría de los disparos. Mientras, el Gobierno ha desplegado 50.000 soldados y policías en Bangkok, aunque la protesta de los camisas rojas se está desarrollando de forma pacífica.
Partidarios del magnate y ex primer ministro Thaksin Shinawatra, expulsado del Gobierno por el Ejército en 2006 y acusado de corrupción, los manifestantes consideran a Vejjajiva un títere de los militares. Se trata de la mayor protesta desde abril de 2009, cuando la represión causó dos muertos y un centenar de heridos.
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