Bruselas cree que aún es pronto para salir en rescate de Grecia pese al varapalo del mercado.

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Las renacidas dudas sobre la crisis de la deuda de Grecia y sus implicaciones en la estabilidad de la eurozona están infligiendo un duro castigo al euro, a las bolsas europeas y a la deuda soberana de Grecia y otras economías periféricas de la UE. No obstante, la Comisión Europea ha defendido que todavía no es necesario activar el mecanismo de rescate para Grecia que pactaron los líderes europeos el mes pasado.

"Faltan todavía muchos elementos para poder plantearse esta cuestión", ha dicho el portavoz de la Comisión Europea, Olivier Bailly, al ser preguntado por si ha llegado el momento de activar el plan de salvamento pese a que la espiral en la que ha entrado la deuda soberana de Grecia es difícil que se revierta. "El primer elemento es una petición formal del Estado miembro de recurrir a este mecanismo. No estamos todavía en ese escenario", ha asegurado.

En el mercado de divisas, el temor de los inversores frente al impacto de la tragedia griega en el resto de sus socios de la Unión Monetaria, ha devuelto al euro a los mínimos frente al dólar que marcó a finales de marzo y que suponen su nivel más bajo de los últimos once meses. Tras seis jornadas consecutivas perdiendo posiciones, la divisa europea ha cedido la cota de los 1,33 dólares y, a las 10.19, ha llegado a intercambiarse a 1,328 unidades del billete verde. Con este valor, el euro ha rozado el 1,327 que marcó el 25 de marzo arrastrado por la incógnita de si los socios de Grecia finalmente saldrían a su rescate y la rebaja de calificación de la deuda de Portugal. Ayer, la moneda única cerró en 1,3319 dólares.

Asimismo, a la espera de la comparecencia de Trichet de esta tarde tras la habitual reunión del BCE de principios de mes, de la que no se espera un cambio en los tipos de interés pero sí novedades sobre Grecia, las bolsas europeas registraban importantes pérdidas.

El Ibex pelea con los 11.000 puntos

Por países, el mercado español lideraba los descensos generalizados en todas los parqués europeos tras el cierre en negativo de ayer en Wall Street y las caídas de esta madrugada en Asia. El pesimismo, sin embargo, se cebaba con el Ibex 35 español, que ha llegado a perder el nivel de los 11.000 puntos. A las 11.05, caía un 1,72% y bajaba a 10.999 puntos. En cualquier caso, la que más bajaba era la Bolsa griega, que ha llegado a dejarse más de un 5% a media mañana.

En Alemania, el Dax de Francfort perdía un 1,06%, aunque el sector financiero alemán se dejaba algo más del doble con un 3% ante la exposición de los bancos del país a la deuda griega. El FTSE 100 de Londres cedía otro 1,06% mientras París era la que más bajaba con la excepción de Madrid, un 1,53%.

Sin embargo, un día más, la peor parada está siendo la deuda soberana griega, cuyo diferencial sobre los bonos alemanes -la prima que Grecia debería pagar para colocar sus bonos- ha subido 40 puntos y ha marcado nuevos máximos en los 456 puntos básicos, de nuevo y van tres sesiones consecutivos, su nivel más alto desde la introducción del euro. Al mismo tiempo, el coste de los seguros de crédito de la deuda helena aumentaban hasta los 472,6 puntos, frente a los 413,4 del anterior cierre, con lo que se han situado incluso por encima de los de Islandia antes de declararse en bancarrota. No obstante, frente a lo ocurrido en anteriores jornadas, las dudas sobre las finanzas griegas y su escasa credibilidad frente a los inversores se han trasladado también al resto de las supuestas economías más débiles de la UE. Y han llegado a España.

Deuda española

El diferencial entre la deuda española y la alemana subía cuatro puntos básicos hasta los 79,5, el valor más alto en mes y medio pero lejos de los máximos de mitad de febrero. No obstante, en este caso, su evolución ha estado más condicionada por la mejora del bono alemán que por el deterioro del español. De hecho, la deuda de Portugal sufría más y su spread frente al bund se ha incrementado 15 puntos básicos hasta los 127.

Por su parte, el coste de asegurar la deuda española frente a potenciales impagos mantiene su tendencia al alza y alcanza los 139 puntos básicos, frente a los 131 del último cierre, aunque todavía lejos de los más de 180 puntos que llegó a alcanzar a principios del pasado mes de febrero.