Portillo: esto no se ha terminado.

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Esto “no ha terminado”, dijo ayer el ex presidente guatemalteco Alfonso Portillo (2004-2008) al salir de la sala del Tribunal Quinto de Sentencia, que el miércoles autorizó su extradición a Estados Unidos por lavado de dinero.

Ante numerosos periodistas, simpatizantes y agentes de la policía, el ex gobernante declaró: “Se ha perdido una batalla, pero la lucha continúa. Vamos a apelar la resolución”

La defensa del ex presidente confirmó después que efectivamente apelará el fallo que daría luz verde a su extradición a EU para que enfrente cargos por lavado de dinero.

Portillo fue arrestado en Guatemala en enero cuando se disponía a huir hacia Belice por vía marítima, luego de que un gran jurado federal en Nueva York le acusara de malversar decenas de millones de dólares públicos lavados a través de bancos locales y extranjeros.

Un panel de tres jueces en Guatemala falló el miércoles que Portillo puede ser extraditado a EU, pero no antes de que enfrente cargos en el país centroamericano por peculado de 15 mdd en su país.

“La decisión vamos a apelarla en el Tribunal Superior el día de mañana”, dijo ayer Telésforo Guerra, abogado de Portillo. Agregó que la corte emitió su fallo pese a la falta de pruebas e ignorando argumentos sobre la inconstitucionalidad de la solicitud de extradición.

En un dictamen en Estados Unidos, Portillo es acusado del desvío de 1.5 millones de dólares en donativos hechos por el gobierno de Taiwán para un programa denominado “Librerías por la Paz” hacia cuentas de amigos y familiares.

El dictamen también señala que Portillo malversó al menos 3.9 millones de dólares del Ministerio de Defensa de su país, monto que fue lavado a través del banco estatal Crédito Hipotecario Nacional y una compañía llamada Confía.

Portillo fue extraditado de México a Guatemala en octubre del 2008 tras permanecer prófugo por cuatro años.

El camino que se debe transitar para que se concrete la entrega de Portillo a la Justicia estadounidense se presenta largo y lleno de obstáculos, no sólo por los recursos legales que su defensa planea presentar para evitarla, sino porque antes deberá concluir otro proceso penal que se ventila en su contra ante un juzgado local.

El proceso en Guatemala, por el que Portillo enfrenta una condena posible de hasta diez años de prisión, podría extenderse incluso durante años.