La comunidad internacional exige a Israel la congelación de todos los asentamientos.

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Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Naciones Unidas (ONU) y Rusia, el cuarteto de mediadores internacionales para Oriente Próximo, han pedido hoy a Israel que congele sus asentamientos para intentar frenar la crisis generada por el anuncio por parte del Gobierno israelí de la construcción de 1.600 viviendas en Jerusalén Este.

La tensión entre Israel y EE UU desatada tras el anuncio, que coincidió con la visita del vicepresidente estadounidense Joseph Biden, parece estar diluyéndose pero el tema ha centrado buena parte las reuniones que se celebran hoy en la capital rusa y en las que participan el primer ministro ruso, Vladimir Putin, la secretaria de estado de EE UU, Hillary Clinton, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, la jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, y el representante especial del Cuarteto, Tony Blair.

"El Cuarteto llama al Gobierno de Israel a congelar toda su actividades para la construcción de asentamientos (...) desmantelar todos los asentamientos erigidos desde marzo de 2001 y abstenerse de demoler edificios y de desalojar la gente en Jerusalén Este", señala la declaración adoptada hoy por el Cuarteto en Moscú.

El documento ha sido leído en una rueda de prensa al término de la reunión de los Mediadores por el secretario General de la ONU, Ban Ki-moon. Sin embargo, no se han anunciado medidas específicas para sacar la situación del atolladero en el que se encuentra.

El Cuarteto también ha pedido a los palestinos abstenerse de acciones que puedan entorpecer el comienzo de las negociaciones indirectas entre ambas partes. Los mediadores han señalado que esperan que las negociaciones indirectas supongan la creación en un plazo de 24 meses de un "Estado palestino democrático que viva en paz con Israel".

La tensión generada entre Israel y EE UU por la construcción de nuevos asentamientos ha ido bajando de intensidad en las últimas horas. Si el miércoles el presidente Obama reducía el asunto a "discrepancias entre amigos", ayer jueves el primer ministro Benjamin Netanyahu telefoneó a la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, para trasladarle su respuesta a las exigencias delineadas el pasado viernes por Washington para salvar las negociaciones con los palestinos y explicarle con detalle su posición en relación al estancado proceso de paz en Oriente Próximo. La jefa de la diplomacia estadounidense por su parte comunicó a Netanyahu que el mediador Mitchell, que aplazó su visita por la crisis de los asentamientos, viajará este fin de semana a la región para intentar impulsar las conversaciones de paz.

Cohete palestino y respuesta israelí

La crisis ha provocado también una escalada de la violencia en la zona. Jerusalén Este fue el pasado martes escenario de enfrentamientos entre fuerzas israelíes y palestinos, unos incidentes que concluyeron con decenas de heridos. Y ayer, el lanzamiento de un cohete palestino Kassam causó la muerte de un ciudadano tailandés en un kibutz ubicado en la frontera con la franja de Gaza.

La respuesta a este ataque llegó esta madrugada con bombardeos del Ejército israelí contra al menos seis objetivos diferentes en la franja de Gaza, con el resultado de dos civiles heridos. Los objetivos fueron tres túneles de contrabando situados cerca de la frontera con Egipto, dos áreas deshabitadas en Khan Younis y una fábrica para la fundación de metales cercana a la ciudad de Gaza.

El portavoz del Ejército de Israel confirmó que se habían atacado seis blancos y aseguró que todos los bombardeos habían impactado directamente su objetivo. Además, denunció que al menos 330 cohetes han sido lanzados desde el territorio palestino desde el final de la guerra del año pasado. "Seguiremos actuando contra cualquiera que utilice el terror contra Israel", añadió.