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Desde los cuentos de hadas de los hermanos Grimm hasta Harry Potter, el manto de invisibilidad ha desempeñado un papel importante en la ficción. Ahora los científicos han dado un paso pequeño pero importante para concretarlo en realidad.
Investigadores del Instituto Karlsruhe de Tecnología, en Alemania, dicen haber tornado invisible una partícula diminuta en una capa de oro, impidiendo su detección con ondas infrarrojas casi visibles.
Su dispositivo también funcionó en tres dimensiones, mientras que los anteriores sólo lo hacían en dos, dijo el director del grupo investigador Tolga Ergin.
El manto de invisibilidad es una estructura de cristales con bolsones de aire en su interior, algo así como un hato de leña que distorsiona la luz y oculta la partícula en una hendidura del oro, dicen los investigadores en la edición en línea del jueves de la revista Science.
En este caso la partícula era minúscula, apenas de 04 pulgada de alto y 0 de ancho, de modo que no se podía ver sin lentes de aumento.
''En principio, el diseño del manto puede ampliarse en escala sin límite'', dijo Ergin. Pero agregó que desarrollar un manto para ocultar algo toma mucho tiempo, ''de modo que ocultar objetos de mayor tamaño con esa tecnología realmente no es factible''.
''Sin embargo otras técnicas de fabricación podrían conducir a mantos más grandes'', agregó en una entrevista por correo electrónico.
El valor del descubrimiento, dijo Ergin, ''es que aprendemos más sobre el concepto de la óptica transformacional y que hemos dado un primer paso para producir estructuras tridimensionales en ese terreno''.
''Los mantos de invisibilidad son un jalón fascinante en el terreno de la óptica transformacional y muy pocas veces uno puede pronosticar qué aplicaciones prácticas podrían surgir en el terreno de la investigación fundamental'', agregó.
En investigaciones anteriores, un equipo dirigido por David Schurig, en la Universidad de Duke, desarrolló un medio de ocultar objetos de dos dimensiones de las microondas. Al igual que las ondas de luz y de radar, las microondas suelen rebotar en los objetos, tornándolos visibles a los instrumentos y creando una sombra que puede detectarse.
La nueva investigación conducida por Ergin usó ondas infrarrojas, que son próximas al espectro de la luz visible.
La técnica utiliza materiales especiales que desvían las ondas de radar, luz y otras alrededor de un objeto, al igual que el agua que circunda una roca en un río. Difiere de la tecnología sigilosa, que no torna invisible el avión sino que reduce la sección disponible al radar, dificultando su rastreo.
La investigación de Ergin tuvo el apoyo del Consejo Alemán de Investigación, el estado de Baden-Wuerttemberg, la Comisión Europea y el ministerio alemán de educación e investigación.
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