Papa firma carta contra abusos en Irlanda.

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El papa Benedicto XVI firmará y enviará hoy la carta que prometió a los fieles católicos de Irlanda con las iniciativas adoptadas para responder a los numerosos casos de abusos sexuales de curas irlandeses a niños, unas medidas que, según el Pontífice, serán expuestas de modo "claro".

El propio Benedicto XVI anunció en la audiencia pública del pasado miércoles en la plaza de San Pedro del Vaticano la firma para este viernes de la misiva, pero su contenido no será hecho público por la Santa Sede hasta mañana.

El Obispo de Roma aprovechó que el miércoles se celebraba la festividad de San Patricio, patrón de Irlanda, para anunciar esa carta pastoral a los católicos irlandeses.

"Como muestra de mi profunda preocupación he escrito una carta pastoral sobre esta dolorosa situación. La firmaré en la festividad de San José (día 19 de marzo) y la enviaré inmediatamente después. Pido a todos que la lean con el corazón abierto y espíritu de fe", dijo el Papa el miércoles.

El pasado año se conocieron dos informes oficiales que desvelaron que, durante décadas, centenares de niños irlandeses sufrieron abusos sexuales por parte de sacerdotes en ese país, sobre todo en la archidiócesis de Dublín desde 1975 a 2004.

Para afrontar el problema, el Papa convocó al Vaticano en tres ocasiones en los últimos meses a los obispos de ese país: junio de 2009, diciembre de 2009 y febrero de 2010.

Tras esas reuniones, Benedicto XVI calificó los abusos sexuales a niños de "crimen atroz" y exigió que se afronte el problema con "decisión y determinación" a los obispos de Irlanda, quienes mostraron su disposición a colaborar con las autoridades civiles.

Por estos escándalos ya han dimitido cuatro obispos irlandeses, entre ellos el de Cloyne, John Magee, que fue secretario privado de los papas Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II, y no se descartan nuevas renuncias.

La Iglesia irlandesa se enfrenta además al eventual pago de fuertes indemnizaciones millonarias, que fuentes locales han fijado ya en 200 millones de euros, mientras la Santa Sede ve cómo salen a la luz nuevos casos de supuesta pederastia en Alemania, el norte de Italia y España, que se suman a los ya ocurridos en Estados Unidos, Australia y Holanda.