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“Antes se disfrutaba ser presidente municipal, ahora queremos que llegue el 31 de agosto para irnos. En esta administración ya son cuatro los caídos, más uno con licencia, el de San Bernardo”, dijo el alcalde de Poanas, el panista Gerardo Gutiérrez Cervantes.
Ayer, tras el asesinato del presidente municipal de Mezquital, Manuel Estrada Escalante, munícipes del estado exigieron se esclarezca el crimen y admitieron que sienten temor.
En entrevistas, coincidieron que las ejecuciones ya alcanzaron a figuras de la sociedad y la política del estado.
Gutiérrez Cervantes dijo estar consternado por la muerte de su homólogo de Mezquital. “Espero que la justicia haga lo que le corresponde; como alcaldes a veces no tenemos que ver nada con ese tipo de temas (narco) y nos dedicamos únicamente a llevarle beneficios a nuestra gente de progreso, trabajo y de empleo, eso es lo que hacemos y no nos metemos en otro tipo de cuestiones”.
Añadió que valora mucho la valentía de los que aspiran a ser presidentes municipales; “si a mí me dijeran que si quiero reelegirme como alcalde sería el primero en decir que no”.
Aunque no ha sido objeto de amenazas, consideró que es un peligro ser edil y aspirante a este cargo; “ojalá que se mejoren las cosas, de lo contrario aquellos que quieran el puesto que lo piensen bien con la familia”.
Llamó a sus compañeros a “tener la precaución debida, de dónde andamos y cómo nos conducimos. Andamos a la buena de Dios, tomando precauciones, pero sin seguridad”.
“Estamos en la vitrina”
Alejandro Amaya Meléndez, del municipio Peñón Blanco, lamentó lo sucedido y refirió “obviamente que los alcaldes estamos en la vitrina y a lo mejor el crimen organizado no sabe que nosotros sólo administramos los recursos que son del pueblo, no son propios, pero ya ahora es un riesgo ser alcalde”.
Señaló que él ha sido amenazado, básicamente piden dinero, que se les deje operar, lo cual “es obviamente difícil”.
El alcalde de la capital, Carlos Matuk López de Nava, reconoció que entre los presidentes municipales hay “inquietud” ante tales hechos y al igual que sus homólogos convocó a cerrar filas para mejorar las condiciones de seguridad de todos los municipios del estado.
Abandona el país
La semana pasada, el munícipe de San Bernardo, el perredista José Carmen Torres Romero, abandonó el país luego de ser amenazado por el crimen organizado, que le secuestró a uno de sus hijos. Antes, en dos ocasiones fue rafagueada la presidencia municipal.
El secretario general de Gobierno, Oliverio Reza Cuéllar, informó que Torres Romero solicitó licencia, pero dijo desconocer los motivos.
San Bernardo cuenta con 3 mil 350 habitantes. Su población representa apenas el 0.34% del total del estado y prácticamente carece de seguridad. En octubre de 2009, Torres Romero dijo que de los ocho policías que había en la localidad sólo quedaban tres, y nadie quería asumir el puesto de jefe de la corporación.
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