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La toma de posesión de Sebastián Piñera como presidente de Chile se desarrolló en medio de fuertes réplicas del sismo del pasado 27 de febrero que causaron temor y pánico entre los mandatarios asistentes.
Presidentes latinoamericanos y el príncipe Felipe de Asturias fueron testigos en Valparaíso, donde se realizó la ceremonia, de tres de los 12 sismos registrados ayer, el de mayor intensidad de 7.2 grados en la escala de Richter.
El temblor más intenso se dio cuando la ahora ex presidenta Michelle Bachelet pasaba revista a las tropas en la puerta del Palacio. El segundo, de casi 5 grados, cuando los mandatarios invitados entraban al recinto, y minutos después fue el tercero, cuando Bachelet ingresó en medio de una ovación.
En su primer mensaje como presidente, Piñera llamó a reconstruir el país. Aseguró que garantizará el orden público y la tranquilidad ciudadana
Sus primeras acciones de gobierno estuvieron vinculadas al terremoto: decretó el estado de emergencia en O’Higgins, donde se registraron los peores daños del sismo de ayer, y el anuncio de un bono de ayuda a los damnificados.
Por la noche, en Santiago, dijo a una multitud que inicia “el mayor desafío” de su vida. Convocó a los chilenos a una nueva transición para construir un país desarrollado, sin pobreza y con verdaderas oportunidades de igualdad.
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