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Tras casi diez años de trabajo, un equipo internacional de biólogos identificó una nueve especie de lagarto gigante de dos metros de largo, un ser huidizo que habita los bosques de la cordillera de Sierra Madre, en el norte de la isla de Luzón, la más grande de Filipinas.
El lagarto, bautizado "Varanus bitatawa", es primo lejano del dragón de Komodo, pero se alimenta sobre todo de frutas y caracoles y por su carácter apacible pasa la mayor parte del tiempo en los árboles, según un estudio publicado en la revista Biology Letters, de la Royal Society de Londres.
"Es un animal espectacular", señaló su principal autor, el profesor Rafe Brown, de la Universidad estadounidense de Kansas, quien explicó que la especie, que se caracteriza por unas llamativas escamas negras y amarillas, había escapado hasta ahora a la ciencia por su carácter "reservado y escurridizo".
El animal es una novedad para la ciencia, pero no para los indígenas que habitan las provincias filipinas de Isabella y Aurora, que llevan generaciones cazándolo para alimentarse de su carne, según Arvin Diesmos, comisario de herpetología en el museo nacional de Manila.
Según los análisis morfológicos y genéticos, esta especie de la familia de los varanos está estrechamente relacionada con los varanos de Gray que habitan el sur de Luzón y otras islas cercanas, pero se distingue claramente por la forma de sus escamas, su colorido, el tamaño y sus órganos reproductivos.
"Es genéticamente distinto", señaló Brown, quien relató que ha mantenido características únicas al quedar aislado de sus congéneres del sur por una serie de barreras naturales.
Este lagarto nunca abandona las zonas boscosas y la cordillera de Sierra Madre está dividida por tres valles de baja elevación que separan al animal en más de 150 kilómetros de su pariente más cercano, el varano de Gray.
Los científicos llevaban años sobre la pista del varano tras el descubrimiento de un primer ejemplar, un macho joven, en 2001, y de una hembra en 2005.
Pero no fue hasta 2009 cuando lograron dar con un macho adulto - que les fue entregado por un cazador - y pudieron secuenciar su ADN y compararlo con el de las especies que habitan en el sur de Luzón.
"Nos llevó varios años hallar suficientes ejemplares para completar una descripción técnica", dijo Brown, quien explicó que "era necesario un adulto" porque sólo los adultos exhiben las características que distinguen a la especie de sus parientes más cercanos.
El científico señaló que "nadie lograba explicarse cómo un animal tan grande y llamativo pudo escapar al interés de los científicos durante tanto tiempo", aunque subrayó que cada día aparecen nuevas especies y en zonas poco conocidas como el norte de Filipinas "de vez en cuando aún se produce un descubrimiento espectacular".
Pero el estudio, realizado por biólogos estadounidenses, holandeses y filipinos en colaboración con el Departamento de Recursos Naturales y medioambientales de Filipinas, señala que cada vez es "más infrecuente" hallar nuevos vertebrados de gran tamaño, a medida que los humanos exploran las últimas regiones recónditas del planeta.
Brown expresó la esperanza de que el varano sirva como "una especie-bandera", cuya existencia sea "un motivo de orgullo que mueva a las comunidades indígenas a conservar lo que queda de su hábitat, lo que ayudará a salvar el bosque para cientos o quizás miles de otros animales y plantas".
"Se trata de un descubrimiento importante no sólo porque indica que aún quedan vertebrados grandes por descubrir, sino porque demuestra que una sola especie puede extender un paraguas de protección para otras especies que comparten su hábitat forestal", declaró.
Los varanos son unos lagartos que habitan en los trópicos y la variedad gigante que se alimenta de frutas sólo existe en Filipinas.
En los últimos años se han descubierto menos de diez nuevas especies, la mayoría de pequeño tamaño. Los varanos oscilan entre 25 cm y tres metros de largo como el dragón de Komodo.
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