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La deuda externa en México no representa ningún riesgo para las finanzas públicas para los siguientes años, pese a la integración del pasivo de Pemex en la contabilidad del gobierno federal. Sin embargo, reconocer la deuda de Pemex por parte del gobierno federal, aunque sea de forma contable, podría generar presiones en cuentas nacionales en el futuro, opinaron analistas consultados.
“Es un problema potencial el hecho de haber registrado los pasivos de Petróleos Mexicanos en la parte de deuda pública, porque dado que el precio del petróleo mantiene un precio relativamente alto, en términos financieros no existe ningún riesgo, pero es preocupante el hecho de que la plataforma de producción caiga”, dijo Alejandro Villagómez, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
La deuda externa bruta total al cierre de 2009 subió a 96 mil 353.7 millones de dólares, de los cuales 94 mil 599.6 millones de dólares están programados a pagar en el largo plazo, mientras mil 754.1 millones de dólares son de corto plazo.
Por estructura, el gobierno federal tiene una deuda de 48 mil 707.8 millones, los organismos y empresas controladas (donde entra Pemex) reportan un pasivo de 41 mil 101.2 millones y la banca de desarrollo registra un saldo negativo de 6 mil 544.7 millones de dólares.
De 2008 a 2009, en el rubro de los organismos y empresas controladas (Pemex), la deuda pasó de 9 mil 868.1 millones a 40 mil 283.4 millones, esto resultó un aumento de 30 mil 415.3 millones de dólares, equivalente a un repunte de 308%.
El aumento resultó básicamente de la decisión del gobierno federal de reconocer los pasivos de Pemex como deuda pública por exigencia del Congreso de la Unión, porque si Petróleos Mexicanos es una empresa del sector público, entonces hay que integrarla dentro del rubro de deuda externa.
Pemex, durante el sexenio de Vicente Fox, optó por emitir deuda exterior para obtener recursos financieros llamados Proyectos de Infraestructura Productiva de Largo Plazo (Pidiregas).
En 2009, el Congreso de la Unión le solicitó al gobierno de Felipe Calderón que si Pemex es una empresa pública los pasivos de la paraestatal deberían integrarse dentro del rubro de deuda externa pública, aunque deberá seguir pagando sus compromisos con el exterior.
El economista senior para América Latina de Moody’s, Alfredo Coutiño, comentó que la deuda externa de Pemex no es por ahora ningún riesgo para las finanzas del gobierno, ahora que la registraron contablemente en el rubro.
Pemex es rentable, afirman
El analista expresó que una manera de hacer eficiente a Pemex es cambiar el régimen fiscal a fin de liberarle recursos monetarios para hacer frente a sus compromisos con el exterior.
Comentó que Pemex es rentable en términos financieros privados, porque tiene capacidad para generar sus propios dineros; el único obstáculo que tiene Pemex es el régimen fiscal que no le permite obtener más recursos para cubrir el pago de su deuda.
Alfredo Coutiño agregó que en relación con la deuda del gobierno federal, independientemente del monto que haya alcanzado, como resultado de la absorción de la deuda de Pemex, no tiene problema para cumplir sus compromisos, porque el gobierno en los últimos años ha actuado con prudencia.
El experto destacó que, dada la situación crítica que pasó la economía mexicana el año pasado, el gobierno solicitó al Congreso un endeudamiento, que no fue exagerado ni pone en peligro la estabilidad económica del país.
El economista senior añadió que, pese al incremento de la deuda registrado el año pasado, México es uno de los pocos países que ha cuidado la proporción deuda-Producto Interno Bruto, que no es el más bajo a nivel mundial, pero sí se encuentra entre una de los naciones que mantienen una disciplina en términos de endeudamiento, si se comparan con las grandes economías que tuvieron que incurrir a grandes déficit fiscales.
Alfredo Coutiño externó que el gobierno federal en los siguientes años deberá seguir con su disciplina fiscal, con la finalidad de poner orden en sus gastos y en sus cuentas.
Descarta problemas como en Europa
Alejandro Villagómez consideró que en términos generales los niveles de deuda son manejables; si vemos ubicado a México con miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) e incluso países europeos que en estos momentos están enfrentando problemas de deuda soberana, como Grecia, España y Portugal, México no está en esa situación.
Explicó que en términos de política de endeudamiento el gobierno federal no tiene esa intención de endeudarse, sobre todo con el exterior, porque ahora que necesitó recursos prefirió incrementar los impuestos en el país que buscar dinero con organismos internacionales.
“La actitud del gobierno federal en términos de política fiscal es evitar un incremento importante del endeudamiento, entonces no creo que eso precisamente vaya a ocurrir”, dijo Villagómez.
Informó que el aumento que se dio de manera importante el año pasado tiene dos vertientes: la primera es la consolidación de la deuda de Pemex y la segunda es que el gobierno tuvo que recurrir a un mayor endeudamiento en virtud de los problemas que generó la crisis, pero aun así no fue un endeudamiento que tuvieron otros países de la OCDE.
“La intención del gobierno no es llevar una política de endeudamiento, por eso existió el debate en el Congreso, donde unos decían que optara por un mayor endeudamiento, pero el gobierno se decidió por el incremento de la tasa impositiva”, dijo Villagómez.
El subdirector de Mercados Financieros de Santander, Salvador Orozco, comentó que la deuda externa de México no presenta ningún riesgo, no obstante la integración contable del pasivo de Petróleos Mexicanos a la parte de deuda pública.
El analista explicó que, desde el punto de vista de su estructura, en estos momentos 98% está pactada a largo plazo, mientra la restante es de corto plazo.
Estimó que el monto total de la deuda pública con relación al Producto Interno Bruto (PIB), que es de 33%, se encuentra por debajo del de otros países de América Latina como Brasil, Argentina y Colombia.
Alejandro Villagómez agregó que en los siguientes años el gobierno federal no tendrá problemas para cumplir con el compromiso de la deuda externa, debido a que en el corto plazo no se tienen previstos fuertes vencimientos como en décadas anteriores.
Afirmó que el gobierno federal aún tiene la capacidad para seguirse endeudando, si se considera que los montos de amortizaciones de deuda y el pago de intereses son relativamente pequeños que no generan presiones en las finanzas públicas del país.
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