Violencia ahuyenta de México a migrantes.

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Las repatriaciones voluntarias de indocumentados centroamericanos que arriban a la zona ferrocarrilera de Tultitlán se dispararon 280% entre enero y marzo, como resultado del miedo que enfrentan a sufrir secuestros, violaciones, robos, asaltos y accidentes, por parte de bandas organizadas que operan a lo largo de la ruta que recorren hasta Estados Unidos.

Un reporte de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM) señala que en 2009 se recibieron 92 solicitudes de auxilio para repatriación, entre enero y marzo de este año, ya se llevan contabilizados 92 casos.

El jefe del departamento de Atención a Migrantes del organismo, Jerónimo García Garduño, informó que de acuerdo con testimonios de los propios migrantes, el miedo a ser asesinados o secuestrados, es el principal motivo para que desistan de su largo viaje.

Personal humanitario del ombudsman mexiquense ha documentado experiencias de migrantes que dan cuenta de las bandas delictivas que operan en entidades por donde cruza la línea ferroviaria que los lleva a la Unión Americana, y a lo largo de la cual son interceptados y secuestrados a bordo de camionetas con rumbo desconocido, señaló.

Temor en otras entidades

García Garduño informó que estos reportes incluyen a los estados de Tlaxcala, Tabasco, Veracruz, Guanajuato o San Luis Potosí.

Destacó que el más reciente de estos grupos de repatriados acudió al organismo la semana pasada. Se trata de 11 indocumentados —10 hombres y una mujer— quienes ya regresaron a su lugar de origen.

Estas personas provenientes de Honduras y El Salvador, desistieron de continuar con su viaje.

En el grupo, figura solamente una mujer, de nombre Evelyn, de 24 años, originaria de El Salvador, quien viajaba con su novio, pero al parecer, un intento de secuestro cerca de la frontera sur de México, los hizo olvidarse de llegar a EU.

El resto de los indocumentados responden a los nombres de Rito, de 28 años; Ezequiel, de 21; Isaías, de 18; Carlos Roberto, de 36; José, de 18; Roberto Enrique, de 20; Ricardo, de 33; Jerónimo, de 28, todos ellos de nacionalidad hondureña; así como Alberto de Jesús, de 24 años; y Manuel Enrique, de 18 años, ambos provenientes de El Salvador.

Además del temor a las agresiones, algunos de ellos manifestaron que el desgaste tras 15 días de camino fue demasiado; a uno más lo atropellaron en el Distrito Federal y con la pierna fracturada, determinó regresar a casa. Al menos cinco de ellos, dijeron que sufrieron un intento de ser bajados del tren, lo que les produjo miedo y por eso dejaron atrás su intención de llegar al otro lado del río Bravo. Hasta la fecha van 62 repatriados en este año.