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La recuperación de la Plaza Garibaldi está por concluir su primera etapa: la física, sin embargo, la reconstrucción del tejido social entre los diversos actores es el gran pendiente.
Felipe Leal, secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), reconoció que el problema no sólo se centra en el deterioro físico. “Es un espacio público, no sólo del punto de vista físico, el problema es de uso, tenemos que trabajar con usuarios, con prestadores de servicios, los dueños de bares para mejorar las condiciones de seguridad e imagen del sitio”, explicó.
Cuando estuvo al frente de la Autoridad del Espacio Público del DF rediseñó el proyecto de rescate. Las obras serán inauguradas el 15 de septiembre de este año junto con el Museo del Tequila y el Mezcal. Ahora lo que viene, explicó, es la parte del tejido social, lo más complejo.
En la parte frontal de la plaza, cuya cara da hacia el Eje Central Lázaro Cárdenas, hay una decena de trabajadores y arquitectos que laboran día y noche para terminar el edificio de dos niveles que se convertirá en museo. Tenía que quedar listo en diciembre de 2009, pero será en este mes.
Gente en situación de calle
En la plancha —que mide 11 mil metros cuadrados de superficie incluyendo callejones— sobresalen las nuevas bancas y el jardín de los agaves que ya están terminados. Ahí, las personas en situación de calle pernoctan las 24 horas del día. Incluso, duermen entre los agaves.
Las personas en situación de calle son el tema más difícil de resolver en el proyecto de reconstrucción del tejido social de la zona, consideró Agustín Torres, jefe delegacional en Cuauhtémoc.
Consideró que por un lado se deben de mejorar las condiciones de vida de los indigentes, pero también añadió que la población se siente afectada por la presencia de este sector.
Criticó las posturas de organizaciones no gubernamentales “porque su concepción es que estén en la calle y nadie los moleste, pero ellos sí molestar a los vecinos, defecar y orinar en la calle”.
Jesús Durazo, presidente de la Asociación de Comerciantes Establecidos en Garibaldi, aseguró que no está en contra de los indigentes que hay en el lugar porque es un problema social; sin embargo, recordó que hay muchos que son agresivos y consumen drogas.
También los vecinos se preocupan. De acuerdo con la Secretaría de Turismo del Distrito Federal, el Instituto de Asistencia e Integración Social (Iasis) ha censado a 135 personas en situación de calle. Más de 50% de ellas son profesionistas.
Especialistas y fundaciones que se han integrado a las mesas de trabajo sobre Garibaldi, explicó Patricia Bugarín, coordinadora del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública, señalaron que la solución no es quitarlos de la plaza.
Hizo hincapié en que se necesita otro tipo de propuesta para la reinserción social de este grupo vulnerable pues se tienen registrados casos de que hay familias que han crecido en la calle.
EL UNIVERSAL buscó en varias ocasiones al director del Iasis, César Cravioto, pero no se obtuvo respuesta.
En diciembre de 2009, el funcionario capitalino dijo que buscaría recursos para la capacitación y fomento al empleo para este sector y rechazó aplicar una política de “limpieza social”.
El director general de Programas Estratégicos de la Secretaría de Turismo capitalina, Juan Carlos Arnau, aseguró que la intención hacia este sector poblacional es incorporarlos como trabajadores en los nuevos negocios que se abran en la zona por voluntad propia.
“La posición no es quitarlos, sino que ellos solitos se muevan”.
Unir a todos los sectores
La coordinadora general del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública, Patricia Bugarín, sostuvo que Garibaldi no sólo es para quienes van de paseo, sino para quienes habitan o trabajan ahí. Por ello, dijo, se busca integrar a los vecinos en el proyecto de recuperación.
Indicó que en las mesas de trabajo —que se instalaron hace cuatro meses dentro del programa Protejamos Garibaldi y que buscan coordinar los esfuerzos gubernamentales, empresariales y vecinales— los ciudadanos mostraron interés porque mejore la zona.
Además de que han solicitado que los inmuebles abandonados —y que han despertado el interés de empresarios para invertir— no solamente tengan un uso comercial sino habitacional, para que se rehabilite esa zona turística.
En las inmediaciones del cuadrante del Eje Central a Allende y de República de Perú a Ecuador, a la par de vecindades, se ubican aproximadament 70 negocios —desde hoteles, estacionamientos, restaurantes y cantinas— que pertenecen a la Asociación de Comerciantes Establecidos en Garibaldi.
Su presidente, Jesús Durazo, comentó que la principal petición del gremio es que la seguridad regrese a Garibaldi así como el orden en el uso de la plaza.
Recordó que los operadores turísticos ya no recomiendan asistir al lugar a los extranjeros. Los visitantes son mayormente nacionales, informó.
Durazo reconoció que se ha incrementado el número de policías y que ayudará la intervención física, pero “lo más importante es la cuestión social, de funcionalidad, de seguridad, de limpieza y la determinación de cómo se va a trabajar el espacio público”, recalcó.
Darán gafetes a mariachis
Son 2 mil 500 miembros de la Unión Mexicana de Mariachis —que pagan 30 pesos semanales para tener derecho a pertenecer a la organización— y que pueden laborar en la Plaza Garibaldi.
Leonel Lemus, presidente de la Unión, explicó que ellos han sido quienes más han resentido las obras porque la clientela no llega. Les quitaron el Parián, donde actualmente se construye el museo, y les prohibieron “andar persiguiendo clientes” en el Eje Central.
Añadió que el compromiso hasta el momento es que les instalarán un par de velarias —de 15 metros de largo por seis metros ancho— para que puedan trabajar sobre la plaza. “Lo tenemos firmado en una minuta”.
Los mariachis también forman parte de la recomposición del tejido social. Tendrán que obtener su credencial ante la Secretaría del Trabajo del Distrito Federal para poder laborar en la zona.
“Los que no traigan gafete, son los mariachis piratas”, explicó Lemus.
Añadió que el principal problema en Garibaldi es la inseguridad. Dijo que en ocasiones, los músicos han tenido que “hacer justicia por su propia mano”, cuando los rateros asaltan a clientes.
Crearán figura del intendente
Empresarios y autoridades coinciden en que para reconstruir el tejido social en Garibaldi se requiere la construcción de una autoridad que se encargue desde los servicios básicos como la recolección de basura hasta temas de seguridad.
Juan Carlos Arnau, director de Programas Estratégicos de la Secretaría de Turismo del DF, explicó que la idea es crear la figura de la Intendencia que van apoyar todos los asuntos que tengan que ver con temas gubernamentales. “Será un equivalente a un Consejo de Administración de un Condominio”, ejemplificó.
De acuerdo con Patricia Bugarín, del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública del DF —quien encabeza en las mesas de coordinación sobre Garibaldi— expuso que tras la inauguración de las obras el 15 de septiembre, “lo sano” es que se continúe con el monitoreo para no peder el contacto y que las dependencias den continuidad a las acciones.
El empresario Jesús Durazo va más allá. Pugna por la constitución de un fideicomiso para contar con recursos para los trabajos de limpieza y hasta seguridad en Garibaldi. “Daría la oportunidad de que intervinieran muchas partes para generar el recurso”.
Explicó que el objetivo es revitalizar la zona y los empresarios están dispuestos a colaborar. “Hay mucho interés por parte de varios empresarios por invertir”. Son siete los predios en venta.
En el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública, en cuatro meses se han recibido mil 58 peticiones de mayor vigilancia en la zona. Patricia Bugarín señaló que el mayor problema que se recibe por denuncia anónima es la falta de alumbrado público que crea condiciones de inseguridad. El principal delito que se denuncia es el robo a transeúnte.
Indicó que hasta el momento se tiene una buena coordinación con la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) capitalina y la Procuraduría General de Justicia del DF. Pidió que le den seguimiento a los temas después de la inauguración.
José Luis Carrillo tiene seis años con su taller de carpintería. Se ubica en donde ahora crearon el Paseo de las Ídolos de la Música. “No tenemos problemas porque ya nos conocen, pero gente que no es de aquí sí los asaltan”. Sobre el cambio de la zona opinó: “Sí mejoró la visibilidad, pero hay teporochos”.
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