Reactivación dispareja

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De acuerdo con la información recién publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el documento sobre la “Oferta y Demanda Global de Bienes y Servicios”, durante el primer trimestre del año se registró un crecimiento real anual de 4.3% del Producto Interno Bruto (PIB) en México.

Este resultado es el mejor para un primer trimestre en lo que va del sexenio de Felipe Calderón y está en línea con los pronósticos anuales de 4% a 5% de aumento para esta variable agregada en 2010.

Pero, por otro lado, esto presenta importantes desbalances en la evolución de sus principales componentes, registrándose una fuerte actividad en el sector externo y cierto letargo en la demanda interna.

Así, en primer lugar, sobresale la gran dinámica de las exportaciones que crecieron en 23.6% anual, constituyéndose en el principal motor de la economía. Este comportamiento favorable tiene su origen en la recuperación de la demanda por bienes de consumo duradero en Estados Unidos, principalmente dentro del sector automotriz.

Así como la caída del consumo en EU fue un determinante de la contracción económica mexicana en 2009, ahora es factor decisivo de la reactivación. En los primeros tres meses del año pasado, las exportaciones se contrajeron en 23.3% anual.

Un segundo elemento de impulso, aunque significativamente menos dinámico, fue el consumo privado que se elevó en 2.5% respecto del primer trimestre de 2009. Esta cifra, moderadamente positiva, tiene que ver con la recuperación del empleo y el sostenimiento del ingreso real de las familias.

Sin embargo, aún se encuentra muy por debajo del 4.7% y 3.2% anual logrados en 2007 y 2008, respectivamente. Este componente de la demanda es el determinante del nivel de bienestar de la sociedad mexicana y, por su peso en el PIB, piedra angular del crecimiento.

En la parte pública de la demanda, se observa un 0.5% de aumento anual en el consumo del gobierno, cifra modesta que se reacomoda después de un 4.2% anual de crecimiento durante el primer trimestre de 2009, etapa en la que constituyó un instrumento anticíclico, lo que demuestra que la política fiscal se utilizó prudente pero activamente para enfrentar la crisis.

Por último, la formación bruta de capital fijo cayó en 1.2%, lo cual indica que la economía cuenta aún con capacidad instalada ociosa y que las expectativas de recuperación no son todavía suficientemente sólidas. La incertidumbre que impregna a la economía global parece ser el principal factor explicativo de esta situación.

Así pues, ha sido el sector externo el que ha podido remolcar a la economía mexicana, mientras que la interna muestra una carencia importante en el dinamismo económico.

La mejoría de las expectativas de consumidores e inversionistas, el fortalecimiento del crédito y la continua recuperación del empleo, contribuirán a llevar al consumo privado a un crecimiento anual en torno a 4% y a la inversión al terreno de los números positivos durante todo este año.

Así, de mantenerse la trayectoria de la economía de EU, México elevará su Producto Interno Bruto entre 4% y 5% anual este año, compensando parte del 6.5% de contracción registrada durante 2009, si bien todavía en el mejor de los casos, el ingreso per cápita real previo a la crisis económica no se recuperará sino hasta el 2011 ó 2012.

No obstante estos resultados de corto plazo relativamente favorables, no se despejan las dudas sobre el futuro económico del país.

Disiparlas requeriría de reformas estructurales en las que poco se avanza. La crisis ha desatado procesos de discusión, diseño e inicio de instrumentación de profundas reformas estructurales en diversas partes del mundo, siendo Europa el caso más sobresaliente. Los países que perseveren en este proceso se fortalecerán y serán más competitivos después de la crisis.

Ante ellos, México se rezagará aún más en términos relativos, en el caso que la política mantenga secuestrada a la economía y las reformas continúen posponiéndose. Para entonces, la reforma para la competitividad será mucho más difícil y costosa, social y económicamente.

*Director de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac / Norte