Karzai promete "erradicar" la corrupción en su nuevo mandato en Afganistán.

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El reelegido presidente de Afganistán, Hamid Karzai, ha prometido "erradicar" la corrupción que salpicó su anterior legislatura tras las críticas de los aliados occidentales que han cuestionado su legitimidad al frente del nuevo Gobierno afgano.

"Estamos determinados a usar todas nuestras fuerzas, por cualquier medio, a extirpar esta mancha de nuestra tierra", ha declarado Karzai en referencia a la corrupción durante su primer discurso después de que la Comisión Electoral Independiente (CEI) le declarase mandatario electo afgano. El líder afgano también ha anunciado que conformará un Ejecutivo que respete a todos los afganos. "Hoy me gustaría decir que nadie se verá desplazado de este proceso y que todos seremos parte del Gobierno de Afganistán", ha afirmado Karzai.

La Comisión anuló ayer la segunda vuelta electoral prevista para este sábado después de que el único candidato en liza, el ex ministro de Exteriores, Abdulá Abdulá, confirmó el domingo que no se presentaba a la votación. Abdulá alegó falta de confianza en el proceso electoral tras el fraude masivo que llevó a Karzai a proclamarse vencedor en la primera ronda electoral con más del 50% de los votos.

Después de la decisión de la Comisión, y tras el beneplácito de la ONU, EE UU y algunos aliados de la OTAN, Karzai será presidente de Afganistán cinco años más. Pese a ello, la imagen del político afgano ha quedado enturbiada por el fracaso de su anterior Gobierno y la corrupción. Aislado y cuestionado por sus socios occidentales, el dirigente afgano ha intentado contentar sin éxito a los islamistas y los señores de la guerra, los que destrozaron Afganistán tras la salida de los soviéticos. Los casos de corrupción se han multiplicado en los últimos años de su mandato y además la situación de la mujer, sometida a una tradición feudal, no ha mejorado.

La designación de Karzai también complica los planes de Barack Obama para la guerra contra los talibanes en Afgnistán. Su continuidad condiciona la estretagia militar de Washington, que busca poner fin a un conflicto que se ha convertido en un drama político y militar. Obama quería esperar a conocer al ganador de las elecciones antes de hacer públicos sus planes definitivos para Afganistán. El jefe de la operación militar, el general Stanley McChrystal, ha solicitado el envío de 40.000 soldados más para evitar el fracaso en la lucha contra Al Qaeda y sus socios islamistas.