Haití: van 230 mil muertos.

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El gobierno haitiano elevó ayer el número estimado de muertos por el terremoto del 12 de enero, de 212 mil a 230 mil y advirtió que todavía faltan cadáveres por contar. Con esa cifra, la tragedia haitiana equipara, en cuanto al número de decesos, a la que provocó el tsunami en el Océano Índico, en 2004.

En su primera estimación, el 24 de enero, el gobierno cifró los muertos en 150 mil, con base en los datos de recuperación de cadáveres entre los escombros de los edificios de la capital, arrasada por el sismo.

Pero ayer, a ministra de Comunicaciones, Marie Laurence Jocelyn Lassegue, dijo que ya se habían contabilizado 230 mil cuerpos, eso sin incluir los cadáveres sepultados por funerarias privadas en cementerios no controlados por el Estado, ni las personas que han sido enterradas por sus propias familias.

Los datos se dieron a conocer el mismo día que la noticia de un supuesto rescate de un haitiano, a un mes del sismo, causaba revuelo —y dudas— entre la población. Sus familiares identificaron al sobreviviente como Evans Moussignac, un hombre de 28 años que, dijeron, quedó atrapado bajo los escombros de un mercado donde vendía arroz. Vecinos dijeron haberlo encontrado el lunes, cuando buscaban algo que pudiera servirles en el sitio donde Moussignac se encontraba. Lo rescataron y trasladaron a un hospital, donde los médicos reportaron que, a pesar de las heridas y la deshidratación que presentaba el hombre, su salud se encontraba estable.

Los doctores creen que Moussignac pudo sobrevivir tanto tiempo porque quizá se alimentó con lo que encontró a su alcance entre las ruinas del mercado.

Su caso es considerado por algunos como un “milagro”; otros aseguran que está mintiendo, y alegan que nadie puede vivir tanto tiempo enterrado.

Los médicos luchan por salvar a otras cientos de personas que, tras sobrevivir al terremoto, están muriendo ahora por diarrea, infecciones respiratorias y desnutrición. Es lo que las autoridades llaman segunda etapa de la emergencia haitiana.

El Hospital General de Puerto Príncipe atiende incesantemente a pacientes con heridas infectadas que no pueden mantener limpias porque viven en la calle. Aumentan las amputaciones, estimadas entre 2 mil y 4 mil por Handicap International.

El crimen violento provocado por la escasez de alimentos y la falta de seguridad también tiene sus víctimas. El estadounidense Santiago Arraffat dice que trata a varios heridos de bala por día en el Hospital General. “La gente se ataca a tiros”, explicó. “Se pelean por la comida. La gente está tan desesperada”, añadió.

No se sabe cuántas muertes se deben a factores no relacionados directamente con el terremoto del 12 de enero.

Funcionarios de salud de la ONU apenas empiezan a monitorear los más de 200 grupos internacionales de asistencia médica que trabajan en 91 hospitales, la mayoría de los cuales son apenas algunas carpas.

Testifican a favor de bautistas

Varios padres de familia testificaron ayer ante un juez, y admitieron haber entregado de manera voluntaria a sus hijos a 10 misioneros bautistas estadounidenses, presos en la capital bajo el cargo de secuestro infantil según dijo su abogado defensor.

Aviol Fleurant afirmó que el testimonio de los padres significa que ninguna ley ha sido infringida y por ende “no se debe seguir hablando de tráfico de personas”. El letrado expresó su confianza en que el juez desechará el caso, aunque dependerá de los argumentos finales que presenten los fiscales hoy. La fiscalía acusó a los 10 estadounidenses de intentar llevar a República Dominicana a los 33 niños sin la documentación debida; ellos insisten en sus buenas intenciones.

La tragedia haitiana fue el tema central de la reunión que sostuvieron ayer en Ecuador los países integrantes de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), que acordaron crear un fondo de 100 millones de dólares.

También pedirán un crédito por 200 millones de dólares al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para invertir en la reconstrucción haitiana. El presidente de Haití, René Preval fue invitado especial en la sesión.