Cuba disuelve una protesta opositora.

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La policía cubana disolvió ayer una manifestación pacífica de mujeres disidentes, en el último roce entre las autoridades comunistas de la isla y sus opositores, tras la muerte de un preso político en huelga de hambre.

Unas 30 integrantes de las “Damas de Blanco” fueron arrastradas por los pelos, brazos y piernas hasta dos autobuses, mientras cientos de partidarios del gobierno les gritaban “gusanas” y “vende patrias”.

Las mujeres, que conmemoran esta semana el aniversario del arresto, en 2003, de sus esposos y familiares en una redada conocida como la Primavera Negra, habían asistido a una misa en la periferia de La Habana. Vecinos y militantes del gobernante Partido Comunista las esperaban a la salida. “Están invadiendo el territorio cubano. Esta calle es de Fidel”, dijo Odalys Puente, un ama de casa de 47 años, aludiendo al líder cubano Fidel Castro, apartado del poder desde que enfermó en 2006.

Policías vestidos de civil formaron inicialmente un cordón para proteger a las “Damas de Blanco” de los partidarios del gobierno, pero después de media hora bloquearon la calle con dos autobuses y las obligaron a subir.

Berta Soler, de las “Damas de Blanco”, dijo que no hubo arrestos y que las manifestantes fueron llevadas por la policía hasta la casa de la líder del grupo Laura Pollán.

Horas más tarde, la televisión oficial cubana las acusó de “agresiones” y “ofensas” contra la isla y el gobierno y advirtió que “el pueblo cubano responde enérgicamente a cada una de esas provocaciones de los grupúsculos contrarrevolucionarios”.

El enfrentamiento llega en medio de fuertes críticas de Estados Unidos y la Unión Europea sobre la situación de los derechos humanos en Cuba, donde según grupos independientes hay alrededor de 200 presos políticos. Cuba considera a los disidentes mercenarios a sueldo de Estados Unidos.

La del miércoles fue la tercera jornada consecutiva de protestas de las “Damas de Blanco”, que el martes fueron acosadas por partidarios del gobierno durante otra manifestación por el centro de La Habana.

Entre las manifestantes de este miércoles estaba Reina Luisa Tamayo, la madre de Orlando Zapata, un preso político que murió el mes pasado después de 85 días de huelga de hambre. Mientras era arrastrada hacia el autobús, la mujer gritó “¡Asesinos!” y “¡Zapata vive!”. Las “Damas de Blanco” anunciaron que continuarán sus manifestaciones por la libertad de sus familiares.

La muerte de Zapata desató fuertes críticas internacionales sobre Cuba y llevó a otros disidentes a declararse en huelga de hambre. El opositor Guillermo Fariñas lleva tres semanas de ayuno en la ciudad de Santa Clara, 270 kilómetros al este de La Habana, exigiendo la liberación de 26 presos políticos enfermos. Ayer, en una entrevista telefónica con EL UNIVERSAL, Fariñas dijo que su lucha no era un suicidio y que estaba dispuesto a llegar a las últimas consecuencias, incluyendo el martirio.

Carta a Moratinos

Entre tanto, la organización defensora de la libertad de prensa Reporteros Sin Fronteras pidió ayer al presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, mediar de manera “urgente” en favor de los opositores presos en Cuba. En la ciudad de México, disidentes cubanos entregaron una carta al ministro de Asuntos Exteriores de España, Miguel Ángel Moratinos, de visita en el país, en la que le pidieron que “deje de proteger” a los dirigentes cubanos Raúl y Fidel Castro.