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En una polémica decisión, la Suprema Corte de Estados Unidos falló ayer a favor de que las grandes corporaciones, las centrales sindicales y los poderosos intereses creados del país puedan tener un mayor protagonismo en las campañas políticas.
Tras un ríspido debate y en una votación de 5 contra 4, los magistrados del Tribunal Supremo echaron por tierra una vieja prohibición para que las grandes corporaciones financieras o industriales puedan financiar campañas publicitarias a favor o en contra de sus candidatos.
La decisión de la Corte, amparada en la defensa a la libertad de expresión, concederá una mayor capacidad de influencia política a los más ricos y poderosos y tendrá un impacto inmediato en las elecciones de medio término de noviembre próximo, donde los demócratas ponen en juego su precaria mayoría.
En defensa del fallo, el juez Anthony Kennedy, aseguró en sus considerandos que “si la primera enmienda tiene alguna fuerza es la de prohibir al Congreso la sanción o el encarcelamiento de ciudadanos, o grupos de ciudadanos, simplemente por expresarse políticamente”.
Obama repudia fallo
Tras conocer el fallo judicial el presidente Barack Obama repudió la decisión que, dijo, “dará luz verde a una nueva estampida de contribuciones en dinero por parte de grupos de presión” en las campañas políticas, en donde la opinión del ciudadano común podrá ser comprada o mediatizada por las grandes corporaciones. “Esta es una victoria enorme para las petroleras, los bancos de Wall Street, las compañías de seguros de salud y otros intereses poderosos que movilizan su peso cada día para ahogar las voces del ciudadano común”, advirtió Obama en un comunicado emitido por la Casa Blanca.
La administración Obama anticipó que propondrá a demócratas y republicanos “la negociación e implementación de una respuesta enérgica contra este fallo”. La resolución fue respaldada por el ala conservadora del Alto Tribunal bajo la firma de los jueces Anthony M. Kennedy, Antonin Scalia, Samuel A. Alito y Clarence Thomas y tuvo el disentimiento del denominado grupo progresista encabezado por los magistrados Sonia Sotomayor, Ruth Bader Ginsburg y Stephen G. Breyer.
Victoria conservadora
Con la resolución aprobada ayer por el alto tribunal, empresas de gran peso e influencia como las petroleras, los grupos industriales con intereses en el sector armamentista o las compañías aseguradoras y farmacéuticas “podrán apoyar de forma abierta y con grandes inversiones publicitarias a los candidatos que más se ajusten a sus intereses y preferencias”, consideró el analista legal Jeffrey Toobin.
El fallo respondió a un caso iniciado por el grupo conservador Ciudadanos Unidos. La demanda del grupo llegó al Supremo por una denuncia en contra de la Comisión Electoral Federal, que en las primarias de 2008 prohibió a las empresas de televisión por cable ofrecer un documental crítico con Hillary Clinton.
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