El jefe militar para Afganistán defiende el plan de Obama.

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El general Stanley McChrystal, comandante de las fuerzas de Estados Unidos en Afganistán, defendió ayer la estrategia militar aprobada por la administración Obama, y reconoció que los próximos 18 meses “serán decisivos” para cumplir con una “conclusión exitosa” de la guerra.

En audiencias en la Cámara de Representantes y el Senado, el principal responsable del futuro del conflicto en Afganistán dijo que los planes autorizados por el presidente Barack Obama no sólo son los más indicados, sino que permitirán que las tropas de EU “cumplan con sus objetivos en los plazos marcados”.

La comparecencia del general McChrystal coincidió ayer con la del embajador de EU en Afganistán, Karl W. Eikenberry, quien por primera vez dejó de lado sus reservas para apoyar de forma incondicional la estrategia que hace apenas una semana daba a conocer Obama para ordenar el despliegue de 30 mil tropas —que se sumarán a las 70 mil que ya han sido desplegadas— y que tendrán como objetivo preparar el terreno para un proceso de transición en el curso de los próximos 18 meses.

“Por primera vez la administración ha dotado de los recursos adecuados para cumplir no sólo en el frente militar, sino para apuntalar proyectos de desarrollo y de gobernabilidad”, dijo Eikenberry.

“Nuestro objetivo es alentar el buen gobierno, liberarlo de la corrupción para que los afganos puedan gozar de un gobierno legítimo, al tiempo que la insurgencia (talibán) pierde apoyo”, añadió.

McChrystal vaticinó que “hacia el verano del 2011 le quedará claro al pueblo afgano que la insurgencia talibán no triunfará”. Dijo que ello facilitará el repliegue escalonado de las tropas a partir de julio de ese mismo año, tal y como se comprometió el presidente Obama.

Los pronósticos de McChrystal fueron matizados desde Kabul por el secretario de Defensa, Robert Gates, en el marco de una sorpresiva visita al presidente afgano, Hamid Karzai. “El repliegue de las tropas de EU de Afganistán tendrá un carácter gradual”, dijo Gates al subrayar que el calendario de la retirada está condicionado a la evolución de los acontecimientos sobre el terreno.

McChrystal reconoció ayer que la misión de sus tropas en Afganistán no será una tarea fácil ya que los poco más 135 mil efectivos (entre ellos los 32 mil aportados por la OTAN), tendrán que hacer frente a un enemigo “tan versátil como resistente” que se ha aliado con los señores de la guerra y las drogas, con las células de Al-Qaeda que permanecen incrustadas en Afganistán y Paquistán y con una cultura de corrupción que ha mermado la credibilidad y autoridad del gobierno de Karzai.