Diputados coinciden con la Arquidiócesis.

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La oposición del PRD y el PRI en la Cámara de Diputados expresó coincidencias con la postura de la Arquidiócesis de la Ciudad de México para que el Ejército regrese a los cuarteles, después de tres años de combate al crimen organizado, con crecientes índices de violencia.

El PRI dijo que el repliegue debe ser planeado, con vigilancia especial en puntos críticos y urgió a que el combate se emplace en las finanzas de “los verdaderos capos” del crimen organizado.

El PRD propuso un acento especial en programas de prevención del delito, un concepto superior a patrullar las ciudades, pues debe de estudiarse la incidencia y modos en que se cometen los delitos contra la población.

Priístas y perredistas, usualmente distantes de las posiciones de la jerarquía católica se sumaron a la sugerencia de la Arquidiócesis de México, que implica un giro en la estrategia del combate al crimen.

La diputada Teresa Incháustegui Romero (PRD), secretaria de la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Diputados, emplazó a un cambio de políticas contra el crimen organizado y la delincuencia común, que haga a un lado el uso de la fuerza que es evidente que ha fracasado, y anteponga lineamientos de prevención.

Propuso que se implante “un amplio espectro de acciones preventivas, donde la inteligencia sea componente fundamental, junto con los estudios del delito, un despliegue de políticas que no se han tomado en cuenta y la profesionalización de los policías, para quienes hay muy escasos recursos destinados a la capacitación”.

Expresó que “el uso del Ejército en labores de seguridad pública no ha sido exitosa, ya que las Fuerzas Armadas actúan de modo reactivo y represivo”.

Acusó que “las atrocidades de las Fuerzas Armadas sobre la población, además de las que comete el crimen organizado, no han cesado”.

El diputado del PRI, Carlos Flores Rico, dijo que el retorno de los contingentes federales a los cuarteles significaría la corrección de un error del presidente Felipe Calderón, pero adivirtió que el retiro debe ser programado “no de modo súbito... sería un error adicional”.

Se debe aplicar “un programa cuidadoso que eleve la lucha contra el narco a la inteligencia, prevención y el lavado de dinero, donde están los verdaderos patrones del montón de gatilleros que utiliza el crimen”.

Cámara alta, en contra

Senadores del PAN, PRI y PRD rechazaron la posibilidad de retirar al Ejército de las calles en la lucha contra el narcotráfico.

Manlio Fabio Beltrones, coordinador del PRI en el Senado, alertó que mientras no se cuente una policía moderna, capacitada y eficiente, “sería un error” retirar al Ejército mexicano de la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia.

Sin embargo, opinó que también “sería un error” acostumbrarnos a ver a las fuerzas armadas en funciones que no le corresponden. Sin duda, agregó, la estrategia no ha dado resultados por lo que se debe apoyar el planteamiento de crear una policía única y desaparecer a las policías municipales, como se ha propuesto.

El senador panista Felipe González, presidente de la Comisión de Seguridad Pública, rechazó la posibilidad de retirar a los militares de las calles, pues no se tiene una policía confiable.

Recordó que se dieron tres años para que todas las policías municipales, estatales y federal fueran profesionalizadas y depuradas, pero hay un “atraso tremendo”, por lo que la Secretaría de la Defensa Nacional tendrá que hacerse cargo de la lucha contra el crimen organizado mientras no se logren los objetivos trazados.

Graco Ramírez (PRD), integrante de la Comisión de la Defensa Nacional, dijo que también sería muy injusto decir que las ex comuniones que hizo la jerarquía católica contra los narcotraficantes no funcionaron, y por eso tiene que salir la Iglesia.

“Creo que hay que tener la prudencia necesaria para no hacer responsable de esto al Ejército, sino que quienes tomaron la decisión se den cuenta que debe hacerse un programa con prevención del delito y ataque al lavado del dinero, y no únicamente con acción represiva de carácter militar… yo creo que ni el mismo Ejército está contento con seguir en las calles, pero hay que tomar una decisión responsable”.

Compartió la postura de que el Ejército no sea utilizado como policía, y dijo que urge que el presidente Calderón ponga un plazo para su salida de estas actividades.