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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dio ayer muestra de su poder de persuasión, al conseguir que China le diera ayer el sí en su intención de presionar a Irán para que el régimen de Mahmoud Ahmadineyad desista de sus planes nucleares, y al convencer a Ucrania para que se deshaga en 2012 de sus inventarios de uranio altamente enriquecido, que han sido codiciados durante más de una década por un nutrido puñado de organizaciones terroristas, y que servirían para fabricar “varias bombas nucleares”.
Estos fueron los primeros avances concretos que se dan en el marco de la Cumbre sobre Seguridad Nuclear, que reúne en esta capital a líderes de 47 naciones y que anoche quedó oficialmente inaugurada durante una cena de Estado.
El apoyo chino fue celebrado por la Casa Blanca como una importante victoria para avanzar hacia un control universal del armamento nuclear, tarea emprendida por EU de la mano de otras potencias nucleares como Rusia, China, Francia, Reino Unido, Paquistán e India.
La decisión de Ucrania de dejar atrás una década de dudas, fricciones y ambigüedades para deshacerse de casi 100 kilos de uranio enriquecido, supondrá la gradual eliminación de un arsenal motivo de constante preocupación para EU y que Kiev se ha comprometido a neutralizar con la colaboración de Rusia.
“El presidente Obama considera que, con este anuncio, el mundo es hoy más seguro”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, quien compareció al lado del principal asesor para la seguridad interior y contraterrorismo del presidente Obama, John Brennan.
“En las últimas dos décadas ha habido organizaciones terroristas, entre ellas Al-Qaeda, que han intentado por varios medios conseguir este tipo de material o armamento nuclear para atentar contra millones”, indicó Brennan, al festejar el anuncio en los prolegómenos de un encuentro mundial sin precedente en los últimos 60 años.
La buena noticia, confirmada tras el encuentro bilateral entre Obama y el presidente de Ucrania, Victor Yanukovich, en la Casa Blanca, se convertiría en una suerte de buen presagio para la entrevista programada horas más tarde entre el mandatario estadounidense y el presidente de China, Hu Jintao, y de la que muy pocos esperaban grandes avances.
A pesar de los recientes desencuentros entre Washington y Beijing, por la entrevista de Obama con el líder espiritual del Tibet, Dalai Lama y por la venta de armamento estadounidense a Taiwán, los mandatarios de ambos países consiguieron apegarse a un guión de reconciliación cuidadosamente elaborado por la diplomacia de ambos países.
Durante su primer saludo formal Obama y Hu se mostraron fríos y hasta indiferentes, pero tras una entrevista de más de 90 minutos la noticia de un principio de acuerdo corrió como la pólvora: “Ya están listos para trabajar con nosotros”, dijo el asesor de seguridad de la Casa Blanca, Jeff Bader, al avanzar la posibilidad de un frente unido de sanciones contra Irán, que se resiste a dejar su programa nuclear.
En la delegación china los funcionarios no se mostraron tan entusiasmados y evitaron hablar de sanciones contra el régimen de Teherán. Pero el comunicado oficial no dejó lugar a equívocos: “China y Estados Unidos comparten el mismo objetivo frente al problema nuclear iraní”.
En otra iniciativa exitosa, el primer ministro canadiense, Stephen Harper, anunció que su país entregará sus residuos nucleares a su proveedor, EU, para garantizar la seguridad de los materiales atómicos.
Contra el terrorismo
En el inicio de esta cumbre, que ha obligado Barack Obama a multiplicarse para recibir y saludar a la mayoría de los jefes de Estado y de gobierno que asisten a la cumbre —entre ellos el presidente de México, Felipe Calderón—, la capital permanecía prácticamente blindada por el servicio secreto y la policía municipal.
La cumbre se centra en la necesidad de garantizar la seguridad de los arsenales nucleares y el combustible de reactores civiles, así como en la prevención del contrabando de tecnología y conocimiento nuclear. La preocupación es que grupos terroristas obtengan material y realicen un ataque devastador, dijo Brennan.
Expertos en seguridad locales calculan que a nivel mundial hay unas mil 600 toneladas de material altamente enriquecido y 500 toneladas de plutonio.
Ayer, The New York Times informó que Paquistán estaría desarrollando armas nucleares de segunda generación, en respuesta al acuerdo nuclear India-EU, al tiempo que Ahmadineyad calificó la cumbre como “humillante para la humanidad” y pidió al jefe de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, investigar los objetivos de las acciones militares de Occidente en Afganistán e Irak. (Con información de Agencias)
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