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Aunque la agricultura tiene poca incidencia en la generación de los gases de efecto invernadero, el calentamiento global reducirá la producción de granos, afirman investigadores.
Tarde o temprano el aumento de la temperatura del planeta obligará a modificar las prácticas agrícolas en México, pues “el clima es el principal factor de desarrollo de las plantas”, según Ernesto Sifuentes, especialista del Instituto Nacional de Investigación Forestal, Agrícola y Pecuaria (INIFAP).
La producción de maíz en México puede caer 20% para fin de siglo a partir del incremento en la temperatura y la escasez de lluvia, afirmó Waldo Ojeda, investigador del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), durante la Expoagro Sinaloa.
A pesar del calentamiento global “la agricultura no se va a acabar, tenemos que adaptarnos”, dijo Ojeda durante su intervención en la conferencia “Proyecciones y Repercusiones del Cambio Climático en la Agricultura en México”.
Una alternativa de adaptación es utilizar más agua en el esquema de cultivo de riego para producir lo mismo en menos tiempo, lo que también implica contar con una mayor superficie para sembrar, aseguró Ernesto Sifuentes durante la conferencia de la Expoagro Sinaloa.
Con el cambio climático el ciclo de siembra de maíz en Sinaloa se va a reducir un mes para fin de siglo, estimó el investigador del IMTA. Con las variedades actuales del grano el ciclo de siembra durará sólo entre enero y abril, por lo que la biotecnología es una alternativa para contar con semillas más resistentes al efecto del clima.
Ojeda no es pesimista sobre los efectos del calentamiento global en la agricultura. Sólo alerta sobre las modificaciones que requerirán los esquemas de producción. “La agricultura no se va a acabar, tenemos que adaptarnos”, afirmó. El caso de la papa refleja los retos que enfrentará el cultivo del maíz. Para mantener la cosecha nacional de 60 mil hectáreas se requiere el uso de la biotecnología para generar nuevas variedades que resistan el cambio climático. A partir de este fenómeno, el cultivo de la papa podría bajar de 5 a 3 meses para fin de siglo, estimó el especialista del IMTA. Para el tomate, mantener la producción en menos tiempo bajo un esquema de riego será imposible.
“Si quiero producir lo mismo en menos tiempo los canales de riego no pueden satisfacer todo”, afirmó Ojeda. Otro efecto del calentamiento global sobre la agricultura será el cambio sobre el grado de siniestralidad.
Para el sorgo y el maíz en zona de temporal de Sinaloa, la diferencia entre el cultivo y la cosecha abarca hoy un rango entre 10% y 40%, pero la tasa subirá entre 20% y 60%, calculó el investigador del IMTA.
“El cultivo de temporal ya no va a funcionar”, afirmó. A pesar de las estimaciones, aclaró que “no hay pronósticos de cambio climático, sólo hay escenarios de cómo se podría ver el mundo en el futuro”. Un hecho es cierto. “Al calentarse la temperatura los ciclos de cultivo tenderán a reducirse”, sostuvo Sifuentes. En general, las plantas dejan de “respirar” si las temperaturas están por encima de 35 grados centígrados, aseguró Ojeda.
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