PRD, un gobierno de claroscuros: expertos.

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El PRD inauguró una nueva forma de gobernar la ciudad de México a partir de 1997, a través de novedosos programas sociales, obras financiadas por la iniciativa privada y reformas legales de avanzada, pero mantiene una política de transporte desarticulada, aún continúan los altos índices de delincuencia y promueve proyectos urbanos que se quedan a medias, dicen especialistas.

A 12 años de que el PRD dejó de ser un partido de oposición en el Distrito Federal, en las pasadas elecciones resintió, por primera vez, una baja en las preferencias electorales, al perder la mayoría en la Asamblea Legislativa y buscar, mediante acuerdos con otros partidos, aliados para sacar adelante sus iniciativas de ley; también tiene 10 distritos electorales federales y tres delegaciones menos.

Pese a este panorama, según estadísticas del Instituto Electoral del Distrito Federal, el PRD se mantiene como la principal fuerza política en esta ciudad.

En 1997, Cuauhtémoc Cárdenas llegó al GDF con 3 millones 948 mil 691 votos; para 2000, Andrés Manuel López Obrador obtuvo 4 millones 371 mil 498 y Marcelo Ebrard fue elegido en 2006 con 4 millones 774 mil 99 sufragios.

El aumento en su votación para jefe de Gobierno se ha visto acompañada por otros partidos, pero como fuerza política continúa con el mismo padrón de simpatizantes y militantes –400 mil— y disminuyó sus prerrogativas —este año tendrá 10 millones de pesos menos— debido a actos anticipados de campaña y denuncias electorales.

Opiniones de especialistas

En el balance en materia de seguridad, René Jiménez Ornelas, investigador y coordinador de la Unidad de Violencia Social de la UNAM, aseguró que los cuerpos policiacos del DF comparados con los de otros estados tienen una mejor situación, lo que no significa que se hayan hecho grandes cambios y transformaciones porque continúa la corrupción, las estructuras de poder siguen constituyéndose desde su origen, en lugar de contar con una ética de servicio.

Dijo que las cárceles están sobrepobladas y no rehabilitan. El modelo carcelario y de los cuerpos policiacos es más punitivo que preventivo; no hay posibilidad de cambiar ni se toma en cuenta a la ciudadanía. “Mantiene las estructuras de los altos mandos, que son represivos y discriminatorios hacia la juventud”. Un ejemplo son las altas cifras de jóvenes y de menores de edad en las prisiones.

Dijo que desgraciadamente tenemos cuerpos policiacos sin legitimidad ciudadana y por lo tanto con características represivas, en lugar de ser preventivas.

Para José Castillo, doctor en Urbanismo por la Universidad de Harvard y académico de la Universidad Iberoamericana, lo positivo del PRD ha sido el Metrobús porque se convertirá en el modelo de movilidad, lo malo es la desarticulación en los proyectos de transporte, desarrollo urbano y espacios públicos.

Aplaudió la construcción de una nueva línea del Metro y lamentó la incapacidad de la sociedad para involucrarse en proyectos urbanísticos. Los gobiernos del PRD, afirmó, tienen buenos proyectos que en su mayoría, no se concluyen.

Por ejemplo, la vivienda de interés social, que tuvo un importante empuje, pero con el tiempo se convirtió en una situación que ahora está “en el limbo”.

Desde su punto de vista, el Bando 2 no fue una solución y ahora la tendencia es obligar a los desarrolladores inmobiliarios a crear desarrollos integrales. En el caso del rescate del espacio público, comentó que es un avance importante y hace que esta ciudad se distinga de otras como progresista. Lo malo, señaló, es que hay proyectos como los segundos pisos, pasos a desnivel y ahora el tranvía que no solucionan de fondo los problemas de vialidad.

Félix Hernández Gamundi, especialista en agua, aseguró que hay muchos “claroscuros” por parte de los gobiernos del PRD. “Tiene un inicio muy impetuoso en 1998, ya que impulsó una serie de programas de obras de rehabilitación de redes, para reducir fugas y rehabilitar pozos. Luego hubo una baja en las acciones y en los últimos cuatro años se volvieron a intensificar las acciones”.

José María Gutiérrez, integrante del Colegio de Arquitectos, señaló que el programa de vivienda y de mejoramiento barrial apoyó a 170 mil familias, pero actualmente enfrenta una falta de coordinación, por lo que varias secretarías del gobierno del Distrito Federal lo retomaron para relanzarlo.