Sarah Palin, la reina de las ventas.

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Aún no sale a la calle y el libro de Sarah Palin ya se ha colocado a la cabeza de las listas de preventa de Amazon, en internet, y en las de las librerías Barnes & Noble. Esto confirma un fenómeno editorial —que no literario— lo más parecido a un ajuste de cuentas y a un manifiesto político de la derecha ultraconservadora, que se ha agrupado en torno a la ex gobernadora de Alaska y fallida aspirante a la vicepresidencia de Estados Unidos.

La operación de mercadotecnia detrás de Volviéndose rebelde: una vida estadounidense, una obra que cobija las aspiraciones políticas de Palin, no sólo ha conseguido convertirle en la exitosa autora de un bestseller por adelantado, sino, además, sentar las bases de la que podría ser la plataforma de su candidatura presidencial hacia el 2012.

El temor a que su libro se convierta en el prólogo de su campaña por la Presidencia ha animado a algunos de los más respetados estrategas del Partido Republicano a pronosticar que si Palin decide contender por la nominación a la candidatura presidencial, “los republicanos se enfrentarían a un catástrofe”, según las palabras de Steve Schmidt, el ex responsable de la campaña del senador John McCain.

El debut de la ex gobernadora como autora de éxito ha sido posible gracias a una habilidosa labor de mercadotecnia que ha colocado por adelantado una tirada de un millón y medio de ejemplares, así como a su estratégica alianza con la escritora ultraconservadora Lynn Vicent (el azote de las parejas gay y una entusiasta promotora de la educación religiosa en las escuelas), que sería la verdadera autora o “mano negra” detrás de la obra.

El libro, a la venta a partir del 17 de noviembre, será distribuido además por cadenas comerciales como Wal-Mart que ya ha conseguido una sustancial rebaja en su lanzamiento (13.50 dólares); es decir, menos de la mitad del precio de venta en librerías, que rondará los 30 dólares.

En un país como Estados Unidos, donde aproximadamente una tercera parte de quienes terminan la preparatoria jamás vuelven a leer un libro o donde 80% de las familias confiesan que no han comprado o leído alguno en el último año —según las reveladoras estadísticas del grupo editorial independiente Jenkins Group Inc.—, la adquisición de un libro parece estar últimamente más en relación directa con los intereses o inclinaciones políticas de cada comprador, que con sus gustos literarios.

A pesar de que el fenómeno del bestseller o el “más vendido”, que está detrás de algunas de las obras ideológicas o políticas más influyentes del siglo XX no es nada nuevo —ahí están los casos de las obras Mein Kampf de Adolf Hitler o El Libro Rojo de Mao Zedong—, en Estados Unidos este recurso editorial se ha convertido últimamente en un eficaz producto de mercadotecnia política y en una trinchera mediática de destrucción masiva.

Hoy, un elevado porcentaje de compradores de libros en Estados Unidos ya no se dejan llevar por su amor a la literatura, sino por su fervor o su animosidad ideológica. Más que lectores, los más ávidos compradores de libros en Estados Unidos se han convertido en acólitos o seguidores de una causa política, desde la más conservadora a la más progresista, independientemente de lo acertado o extraviado que puedan resultar los postulados de sus líderes o autores.

Para muchos, comprar un libro es como emitir un voto a favor de una causa que se beneficia de ventas multimillonarias. A manera de ejemplo baste citar los éxitos editoriales de presentadores de televisión como Glenn Beck o Michelle Malkin, a la cabeza de un movimiento que se ha propuesto dinamitar a la administración de Barack Obama.

Para muchos estrategas políticos, el hecho de que obras como La Audacia de la Esperanza o Sueños de mi Padre, del presidente Barack Obama, se hayan convertido en un fenómeno editorial que facilitó el arribo al poder del hoy presidente, no ha pasado desapercibido. De hecho, su ejemplo ha forjado la ruta crítica de quienes como él, hoy se disponen a transformar sus obras en manifiesto político y en trampolín de sus aspiraciones presidenciales.

“El movimiento conservador está votando hoy por adelantado y con sus dólares para respaldar la causa que encarna Palin”, dijo Jonathan Karp, de la Editorial Twelve, que ha lanzado exitosamente las obras de McCain.

De acuerdo con algunos analistas, el éxito editorial de Sarah Palin confirma no sólo el gancho y la viabilidad de la ex aspirante a la vicepresidencia de Estados Unidos como posible candidata a la Presidencia para 2012, sino también que el arribo al poder de Barack Obama ha energizado a una derecha ultraconservadora, que hoy se vuelca en un movimiento que se nutre de los viejos temores, prejuicios y fantasmas que suelen reaparecer en épocas de recesión y de tensiones interraciales (producto de una inmigración desordenada), con el objetivo de tratar de recuperar “el poder y el paraíso” perdidos.