Policías “huyen” de salarios raquíticos.

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Cinco años en promedio es el tiempo que permanecen en el cargo los más de 2 mil 400 policías que trabajan en alguna de las 22 direcciones de Seguridad Pública municipal que operan en la Zona Metropolitana del Valle de Toluca (ZMVT).

Guardianes del orden que a cambio de la encomienda de proteger a casi 2 millones de personas asentadas en la quinta metrópoli más grande del país, reciben 2 mil 400 pesos quincenales como salario, en promedio.

Las causas que han propiciado la separación de sus respectivas corporaciones van desde haber incurrido en irregularidades administrativas hasta haber cometido actos de corrupción; pero sobre todo, el deseo de superación al buscar un trabajo mejor remunerado, coincidieron especialistas, policías y directivos de las corporaciones.

Datos de las direcciones de Seguridad Pública locales dicen que en 2008 causaron baja 380 policías; a 10% de ellos se les inició procedimiento administrativo o penal.

Para algunos comandantes de las direcciones de Seguridad Pública de los municipios, la baja permanencia de sus elementos al frente de su encargo se puede entender no sólo a partir del alto riesgo laboral que representa estar en dichas áreas de los 22 ayuntamientos que conforman la ZMVT, sino a los bajos salarios que perciben, principalmente.

¿Qué se debe hacer para que los elementos permanezcan más tiempo en el cargo?

“Observo que los compañeros se van porque no encuentran una motivación económica, profesional, moral; en fin, no encuentran apoyo en ningún sentido”, precisó el comandante Alejandro Sánchez Benítez, de la Agencia de Seguridad Estatal (ASE), quien hace dos meses fue nombrado director de la policía municipal de Santiago Tianguistenco, integrada por 90 policías, 45 por turno.

Precisó que “el policía más viejo de la corporación tiene un aproximado de 25 años con nueve meses, y los más nuevos, que suman nueve, entraron el día de ayer —jueves 15 de octubre— para sustituir seis bajas y cubrir tres plazas de reciente creación”, dijo Sánchez Benítez, quien desde hace 21 años se viene desempeñando como policía.

Para ocupar el cargo de director municipal de la policía, el mando de la ASE tuvo que solicitar licencia temporal a la corporación, al igual que otros 53 jefes que hoy están al frente de igual número de policías locales, principalmente las gobernadas por el PRI.

La cuestión del salario

El fenómeno de las bajas, para Gerardo Elías García Benavente, director general de Inteligencia e Investigación para la Prevención de la ASE, tiene su origen, entre otros factores, en el poco apoyo económico que se les brinda a las corporaciones locales.

“Un policía municipal, por lo menos, debería ganar 12 mil pesos; eso sería algo atractivo para el riesgo y responsabilidad que representa ser policía”, dijon el mando policiaco.

Algunas de las nuevas administraciones municipales han empezado a dar incrementos salariales, pero aun así el sueldo del agente policiaco de la región oscila entre 2 mil 400 y 2 mil 600 pesos a la quincena.

Percepción económica con la cual, alrededor de 60% de los 2 mil 400 uniformados que operan en la ZMVT y tienen en su mayoría entre 28 y 33 años de edad, hacen frente a los gastos que sus respectivos hogares les demandan, los cuales en su gran mayoría se componen de tres a cuatro integrantes, es decir, su pareja y tres hijos.

“Hace dos años estábamos en mil 500, hoy con esta administración (2006-2009) llegamos a 2 mil 700, y primero Dios para el próximo año esperamos pegarle a los 3 mil pesos de salario”, expresó a principios de 2009 Leónides Villegas Salazar, hoy ex director de la policía de Calimaya, pues con el cambio de administración lo quitaron del cargo. Sigue en la corporación, pero ya no tiene mando.

Al respecto, el ex diputado local Serafín Corona Mendoza, del PRD, quien presidía la Comisión de Seguridad Pública y Tránsito en la 56 Legislatura de la Cámara de Diputados mexiquense, aunque en repetidas ocasiones consideró que un policía local por lo menos debe de estar percibiendo 10 mil pesos cada mes, nunca presentó una iniciativa o exhorto para que se concretara su propuesta.

“En esas personas está depositada nuestra confianza, para que a nuestros bienes y seres queridos no les pase nada, y en ese entendido ellos están arriesgando la vida por nosotros, lo menos que se puede hacer es pagarles bien”, aseveró en su momento.

Opinión que secundó su similar de la Comisión de Procuración y Administración de Justicia de la pasada Legislatura, el panista Carlos Alberto Pérez Cuevas, hoy diputado federal, al sostener que un salario digno para el policía es aquel que ronde los 10 mil pesos mensuales. “Un policía capacitado y profesional debe ganar aproximadamente 10 mil. El Sistema Nacional de Seguridad recomienda que un buen sueldo para un policía es de 8 a 10 mil pesos, así se estaría cubriendo el rango internacional latinoamericano”, subrayó.

No obstante, sostuvo que en estos momentos un aumento salarial no garantizaría eficiencia, pues “sería como estarle inyectando dinero a las mismas fallas, a los mismos vicios”, por lo que se pronunció por un cambio sustancial en la forma de capacitar y reclutar a los policías.

Criterio que compartió el comandante Sánchez Benítez, pues opinó que al interior y frente de las corporaciones policiacas municipales, debe y tiene que haber policías de carrera y no civiles.

Perfil indeteminado

En ese sentido, destaca que aunque en 70% de las 22 policías del valle de Toluca está un elemento de la ASE al frente, en el resto de las corporaciones el perfil de sus titulares va desde ciudadanos y administradores, hasta abogados y policías judiciales.

“Vengo de corporaciones de seguridad pero privadas, y hoy estoy en el gobierno. El ser servidor público tiene sus pros y contras, como funcionarios prepotentes, falta de pago en algunas ocasiones y algunos detallitos más”, comentó el policía Luis Édgar Hernández, de 26 años de edad, que todos los días patrulla la cabecera municipal del municipio de San Mateo Atenco, en la ZMVT.

Por su parte Gustavo Aguilar, policía municipal de Calimaya y ex miembro del Ejército mexicano, mencionó que su familia ya está acostumbrada a que durante 24 horas no está en casa y los riesgos que se corren al ser policía pues “sabe —la esposa— perfectamente que aquí hay bajas”, comentó. “Me gusta mi trabajo, servir a la ciudadanía y salvaguardar la integridad de las personas con todo y el riesgo que existe de entregar la vida en el servicio”, dijo el joven de 24 años que es hijo de un policía municipal jubilado.

En ese sentido, Cristina Eugenia Pablo Dorantes, coordinadora de la licenciatura en Seguridad Ciudadana de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), explicó que las policías municipales han pasado por tres etapas: fase equívoca, empírica y hoy algunas están iniciando la científica, por la que se tuvo que haber comenzado.

La especialista reconoció que hasta hace poco tiempo, en prácticamente todo el sistema de seguridad se empleaba a cualquier persona para ocupar los cargos policiacos, por lo que las áreas y direcciones han registrado un gran número fracasos, fallas y bajas.

Sobre este último concepto, casos como el registrado en el municipio de Otzolotepec, son muy representativos, pues en ese municipio, luego de que se les inició proceso penal a tres policías locales por su presunta responsabilidad en el deceso de un detenido en galeras, prácticamente todos los elementos abandonaron la corporación y hoy la mayoría de los 50 uniformados tienen dos meses en el cargo.

Antes “los titulares —de las policías— llegaban a esos cargos por dedazo, porque era el chofer; porque ayudó en la campaña y pues lo ponen como director de Seguridad Pública en el municipio, y sin saber nada de seguridad incursiona en este ámbito y se coloca al frente de las cuestiones de justicia”, lamentó la catedrática de la Universidad Autónoma mexiquense.

Consideró que para otorgar un buen sueldo a los policías, antes se les debe exigir que cuenten con una verdadera vocación de servicio y capacitación, pues de no ser así, en vez de ayudar a los ciudadanos, los perjudican.

Reconoció que en el territorio mexiquense y en el país en general, “en la mayoría de los casos el ciudadano decide ser policía porque no encontró otro trabajo u otra actividad para desempeñarse; situación que nos pone en desventaja con otros estados y países que tienen un servicio civil de carrera policial”.

Añadió que hoy se habla de policías dedicadas a prevenir delitos, y para eso tendrán que tener obligatoriamente conocimientos en derechos humanos, asignaturas penales, tacto social, manejo de conflictos de riesgo e incluso de sicología de masas. “Hay cuestiones que no sólo se resuelven con la confrontación física, sino con inteligencia. Para dar una solución se requiere que estén capacitados”.

Al respecto, Pérez Cuevas sostiene que estudios de bachillerato debe ser el estándar mínimo para acceder a una policía municipal.

En tanto que para García Benavente, a los policías no sólo se les debe pagar más, sino también proponer esquemas novedosos de apoyo a su economía. “Vamos viendo que los comercios de su zona les brinden descuentos, que los desarrolladores inmobiliarios dejen un espacio para que pueda dárseles vivienda. Ganan muy poco y todos los días arriesgan su vida de forma permanente: salen de mañana pero no saben si van a regresar”, dijo.

“No se trata que al problema de la corrupción lo intentemos atajar sólo pagándoles más a nuestros policías, sino hacer de esa profesión un trabajo digno y respetable”, comentó el mando de la ASE.

El “salvavidas”

A principios de octubre David Garay Maldonado, comisionado de la ASE, sostuvo que a partir de que 54 ex mandos de la policía estatal se incorporaron a las direcciones de seguridad de igual número de ayuntamientos mexiquenses, existe la posibilidad de que se registre una mayor coordinación de esfuerzos policiacos entre los municipios.

Adelantó que en breve propondrán la conformación de esquemas y protocolos de coordinación —voluntaria— para reforzar aquellos ayuntamientos que tienen muy poca presencia en las calles por el reducido número de policías con los que cuentan.