La Comisión de Quejas Electorales pone en entredicho los votos de 210 colegios electorales afganos.

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Un organismo encargado de investigar los fraudes en las elecciones presidenciales afganas del pasado 20 de agosto ha asegurado hoy que las papeletas registradas en 210 colegios electorales no deberían haber contado. La Comisión de Quejas Electorales (EEC por su siglas en inglés), apoyada por Naciones Unidas, ha ordenado que se aplique un "coeficiente de fraude" al escrutinio de parte de los votos. Según han informado fuentes oficiales a la cadena británica BBC , el actual mandatario, Hamid Karzai, no alcanzó el porcentaje de votos necesario para ganar la primera vuelta y deberá concurrir a una segunda ronda frente a su principal rival, su ex ministro de Exteriores Abdulá Abdulá.

El presidente afgano no reconoce el informe de este organismo y asegura que la EEC responde a los intereses de las potencias occidentales. Los primeros resultados oficiales concedían al actual presidente más del 54% de los votos y un 28% a su adversario, circunstancia que le permitía renovar su mandato sin necesidad de acudir a una segunda ronda. El propio Karzai reconocía la semana pasada la existencia de casos de fraude, pero explicaba que se trataba de sucesos a pequeña escala que no debían influir sobre el resultado final.

La EEC ha entregado esta mañana las conclusiones de su investigación a la Comisión Electoral Independiente (IEC), que deberá tomar una decisión final sobre los resultados electorales. Este organismo está controlado por los partidarios de Karzai, pero los analistas han advertido que deberá respetar los resultados del informe de la EEC.

La Unión Europea ha defendido hoy la celebración de una segunda vuelta si la ECC lo considera necesario. El ministro sueco de Asuntos Exteriores, Carl Bildt, ha asegurado que "si estos resultados señalan la necesidad de una segunda ronda, debe celebrarse otra vuelta". Estados Unidos, por su parte, se muestra reacio a enviar nuevas tropas al país asiático hasta que no se resuelva este problema.

El Gobierno de Barack Obama cuenta en estos momentos con cerca de 65.000 militares en Afganistán y el general al mando, Stanley McChrystal, ha recomendado el envío urgente de otros 40.000 efectivos.