Penetran en el mundo de los Mara Salvatrucha.

Noticia:


Una noche basta para tatuar la vida y encontrar la muerte. A su corta edad, una jovencita hondureña de 17 años ha vivido una tórrida historia de amor con el líder de una de las pandillas de la Mara Salvatrucha, está embarazada y quiere salir de “la ganga”; para salvarse se ha convertido en informante del FBI, pero una noche, tras un festín sexual, recibe 17 apuñaladas que le quitan la vida.

Esa historia que fue noticia en 2002 en Estados Unidos, ha sido llevada a los escenarios por Alborde Teatro como parte del programa especial de los 25 años de vida del Festival de México en el Centro Histórico. La compañía fundada por Antonio Zúñiga y Rodolfo Guerrero pretenden con La Mara o de la noche sin sueño, indagar en los sentidos de lo fronterizo y de lo limítrofe, como lo han hecho desde que fundaron el grupo en 1996.

Del 19 al 21 de marzo en el Teatro del Pueblo, la agrupación presentará su propuesta escénica que plantea la problemática de los Mara Salvatrucha y su presencia en Centroamérica, México y otras partes del mundo, bajo la dirección de Rodolfo Guerrero y la autoría de Antonio Zúñiga.

El montaje fue un campo de experimentación y cultivo; su interés es desentrañar elementos como el lenguaje, los signos, la sintaxis, la plástica, los grafitis, las señales, el cuerpo tatuado, la música y los códigos que usan. “No quiero revindicarlos ni salvarlos de nada. Se revindicarán y salvarán solos”.

Antonio Zúñiga afirma que La Mara o de la noche sin sueño es una investigación artística. “Logramos alejarnos totalmente del panfleto, de la denuncia social; creo que el teatro de la denuncia social tuvo su tiempo y su espacio y ahora hay otra forma de manifestarse. No hay intencionalidad, didáctica, ni épica; no queremos cambiar el mundo, queremos conocernos, descubrirnos, vernos y encontrarnos en nuestra propia mirada”.

Sobre el escenario todo ocurre en una noche, es el espacio en el que Brenda Paz ha sido llevada a un hotel a vivir una orgía carnavalesca con tres hombres enviados para matarla porque la consideran una traidora.

A partir de la historia de esa joven hondureña que comete el error de enamorar a los líderes de las dos pandillas más fuertes de Estados Unidos, la MS13 y la MS18, Alborde Teatro plantea una problemática que arrancó en Los Ángeles, California, pero que se ha extendido a México, a Centroamérica e incluso a Europa. Sobre el escenario está el lenguaje gestual de los Mara, sus códigos prediseñados, toda esa parafernalia que han armado como una forma de identificación. “Ese es un campo propicio para investigar”, dice Zúñiga, autor de la obra que dirige Rodolfo Guerrero.

“El lenguaje de los Mara Salvatrucha es descendiente del que hablaban los pachucos y los cholos, aunque son salvadoreños su lenguaje está muy influenciado por los seres que han vivido en la frontera y han tenido que sincretizar o unir el inglés con el español, la riqueza con la pobreza, el anhelo del sueño con la desesperanza de sus países y el tormento de ser expulsados por una guerra y llegar a un país donde son marginados”.

Luego de una única actuación en la 29 Muestra Nacional de Teatro, el año pasado en Ciudad Juárez, el montaje que protagonizan Yolanda Abud, José Concepción Macías, Javier Sixtos, Said Torres, Guadalupe Vega, Christian Cortés, Gilberto Barraza, Sandra Rosales y Álvaro Camdia, es una apuesta por un teatro de frontera sin fronteras porque incluye a actores de agrupaciones de Chihuahua, Michoacán, Aguascalientes y el Distrito Federal.

No les interesa hacer del teatro la apología o la discusión transformadora. Zúñiga dice que no es papel del teatro levantar revoluciones. Lo que no han perdido al paso de los años es su convicción de hablar de la frontera, tocar temas regionales del norte, de los linderos, de los migrantes, de la dramaturgia, del lenguaje sobre la escena y del teatro en el contexto fronterizo. Esa pieza tendrá tres funciones gratuitas en el Teatro del Pueblo, el jueves 19 y viernes 20 a las 20:30 horas y el sábado 21 de marzo a las 19:00 horas.


Comentario:

No sería mala idea que parte de los ingresos de obras como estas se destinarán a la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia y no nada más a enriquecer a los autores explotando un mal de la sociedad.