Cruento día en guerra al narco.

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El ataque a balazos a un autobús de pasajeros, que ocasionó la muerte a un menor de edad y heridas a cinco personas en Parral, Chihuahua, y el hallazgo de siete jóvenes ejecutados, 48 horas después de haber sido levantados de un bar en esa misma población, se sumaron a los choques que ayer en menos de cuatro horas sostuvieron fuerzas federales y delincuentes en Apatzingán, Lázaro Cárdenas, Morelia, Tumbiscatío y Pátzcuaro, en Michoacán.

Esta jornada de violencia se registró luego de los granadazos sincronizados de la noche del lunes en sitios públicos de tres comunidades de Sonora, de los altercados del martes en Sinaloa, en donde grupos criminales se enfrentaron en tres poblaciones, así como de la confrontación entre agentes y secuestradores en Cuencamé, Durango, con saldo de 10 fallecidos.

Sólo en Chihuahua, en distintos hechos, se reportaron ayer 30 asesinatos, lo que representa uno de los días más negros que ha registrado esta entidad en el año. Además de las ocho muertes de Parral, en Ciudad Juárez ocurrieron 16 homicidios, tres en Camargo, dos en la capital y uno en Cuauhtémoc.

Los cinco enfrentamientos en Michoacán dejaron un saldo negativo para las corporaciones policiacas, con un agente muerto y 16 lesionados, tres de ellos de gravedad. En Morelia, dos civiles fueron heridos.

Camión entre balas

Al filo de las 14:30 horas del martes, el camión de la línea Rápidos Parral, con ruta Hidalgo del Parral-Guadalupe y Calvo, se detuvo en el paraje Cuesta del Chihuite, cuando dos autos atravesados en la carretera le marcaron el alto.

Testimonios de los pasajeros refirieron que de los automóviles bajaron seis hombres armados, se apostaron a un costado del transporte y sin motivo comenzaron a disparar. En instantes, los usuarios y el chofer fueron presas del pánico, algunos se tiraron al piso y otros saltaron por las ventanas para correr sin rumbo entre la sierra.

Un joven de 16 años quedó muerto en el pasillo del camión, mientras que de las 13 personas que huían, cinco cayeron heridas por las balas.

La Secretaría de Seguridad Pública estatal detalló que en el autobús viajaban 25 pasajeros y que sólo hubo dos tiradores. Sin especificar, dijo que “a bordo de la unidad iban niños, mujeres y adultos mayores, los cuales salieron por las ventanas y corrieron hacia la serranía, sin embargo los sicarios les dispararon por la espalda”.

La persona muerta no está identificada. Las autoridades ministeriales informaron que se trata de un joven de unos 16 años, al parecer indígena.

Un niño de 12 años recibió varios impactos cuando corría para alejarse y se encuentra en condición crítica. Los demás lesionados son Graciela Mares Espinoza, de 30 años y ama de casa; Rigoberto Ubiña, chofer del camión, a quien se le desprendió el brazo derecho a causa de las balas; Juana Graciela Cota, de 67 años y ama de casa, y el estudiante Édgar Martínez, de 16 años.

Todos fueron trasladados a Parral en autos particulares de personas que pasaron por el lugar del atentado.

La tarde de ayer, la Policía Estatal capturó a Nicanor Rico Villanueva, presunto atacante, de 39 años, con domicilio en Parral. Fue puesto a disposición del Ministerio Público por los delitos de lesiones, daños, robo y uso de arma de fuego exclusiva del Ejército.

El inculpado dijo no recordar porqué atacó el autobús, junto con otros hombres, cuando iba muy drogado.

Cerca de Parral, municipio ubicado a 209 kilómetros al sur de la capital, en los límites con Durango, se localizaron los cuerpos de siete jóvenes ejecutados. Sería un grupo de ocho levantados el domingo de un centro de espectáculos de esa comunidad.

Los cadáveres tenían decenas de impactos de grueso calibre y presentaban huellas de tortura; estaban apilados a la altura del kilómetro 158 de la mencionada vía, cerca de la comunidad de Valle de Zaragoza. El pasado martes, uno de los adolescentes apareció decapitado, también a un costado de la carretera.



Ataques certeros contra policías

En cinco puntos de Michoacán y en un lapso de cuatro horas, policías federales del Operativo Conjunto fueron emboscados por sicarios, con saldo de un agente muerto y 18 heridos, de los que 16 son agentes y dos civiles.

El primer evento se registró a las 16:00 horas en la población de Guanajuatillo, municipio de Apatzingán. Fuentes oficiales informaron que en la zona serrana fue emboscado el convoy de las fuerzas federales, las balas hirieron a cinco agentes, quienes fueron trasladados a la clínica Santa Fe.

Una hora más tarde, un grupo de policías fue baleado frente al motel Casablanca de Morelia, donde pernoctan los agentes; tres guardias y dos civiles que pasaban por el lugar fueron heridos. A las 18:00 horas, los sicarios perpetraron un nuevo ataque contra un convoy de camionetas oficiales que se dirigían a la población La Mira, en el municipio de Lázaro Cárdenas. Murió un agente.

En la carretera Morelia-Pátzcuaro, a la altura de Las Trojes, agentes que viajaban en dos patrullas fueron baleados; tres quedaron heridos. Otra patrulla fue rafagueada a las 20:00 horas en Las Cruces, municipio de Tumbiscatío, a 80 kilómetros del puerto. Guillermo Indalesio Galleja, miembro de las fuerzas federales, fue lesionado.

Sinaloa reportó cuatro crímenes, entre ellos un jefe policiaco de Mazatlán. En Tijuana localizaron el cuerpo de una mujer y un hombre. Cinco personas fueron asesinadas en Guerrero. Militares persiguieron a un auto, lo que ocasionó un choque entre tres vehículos en Coatzacoalcos, Veracruz. Ejecutaron a un policía en el DF.