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Con el cierre de campañas encima, las encuestan no contradicen lo que todos los chilenos vienen vislumbrando desde hace años: la Concertación Democrática (CD), en el poder desde 1990, estaría viviendo la recta final de sus años en la Presidencia chilena.
El empresario derechista Sebastián Piñera posee una intención de voto de entre 42 y 44.1%, contra 31% del ex presidente Eduardo Frei-Ruiz Tagle (1994-2000), un margen que se ampliaría en el caso de que se realice una segunda vuelta.
Pese a los esfuerzos de las últimas semanas de la presidenta Michelle Bachelet —quien apareció apoyando a Frei sin lograr transferir algo de su altísima popularidad (80%)— y al dictamen judicial que reconoce que la muerte del ex presidente Eduardo Frei Montalva, padre del candidato, en enero de 1982, fue fruto de un asesinato, nada parece arrebatar el primer puesto al candidato de la Coalición para el Cambio.
Marco Enrírquez Ominami, ex diputado socialista, no superaría 17.7% de los votos, según el centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC). La medición lo muestra más cerca de Piñera, en una hipotética segunda vuelta.
De acuerdo con Carlos Huneeus, director del CERC y dirigente de la Democracia Cristiana —uno de los partidos de la Concertación—, el estudio determina que en la segunda vuelta, Piñera ascendería a 49%, si su rival termina siendo Frei (32%), y 45% si debiera enfrentarse a Enriquez Ominami, quien eventualmente tendría una intención de voto de 35%.
El cierre de la campaña estuvo marcado por la revelación judicial y la detención de cuatro ex agentes de inteligencia del régimen de Pinochet, vinculados al caso del padre de Frei, lo que provocó más de un enfrentamiento verbal entre la campaña de Frei y la de Enríquez Ominami.
De inmediato, la familia Frei aprovechó la coyuntura y organizó un homenaje en la tumba del ex presidente. Lo que fue leído por los analistas como un intento de “acortar distancias” colocando en la agenda el tema de los derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), algo que siempre termina siendo un tema espinoso para la derecha.
Sin embargo, la disputa más cerrada no se dio entre Piñera y Frei, sino entre éste y la campaña de Enriquez-Ominami, luego de que el ex mandatario dijera que el de su padre “era el primer magnicidio de la historia de Chile”.
El encargado de responderle fue Carlos Ominami, ex ministro de Economía, padrastro y uno de los responsables de la campaña del joven candidato a la Presidencia, para quien “la declaración de Frei es una falta de respeto por la historia, es olvidar que el primer presidente en ejercicio sobre el cual se atentó fue Salvador Allende (1970-1973).
“La decisión judicial es muy importante pero al actuar de esta manera el senador (Frei) demuestra que tiene muy poca percepción frente al mundo de la izquierda y de los acontecimientos que hemos tenido que vivir”, puntualizó Ominami, dando muestras de las razones de la ruptura que provocaron dentro de la CD en el 2008 y que sólo aparece como un prólogo de lo que puede llegar a pasar con la coalición oficialista después de estos comicios.
El Ejército se pronuncia
El comandante en jefe general Óscar Izurieta, dijo ayer que el Ejército espera el castigo de los asesinos del ex presidente Frei, entre los que se investiga a un par de agentes de la dictadura militar. Precisó que que si algún miembro del Ejército resultará condenado, sería “inaceptable y repudiable”. (Con información de AP)
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