Empresa apoya integración de trabajadores con discapacidad.

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Ana María Iturbe Orbe sufre de discapacidad intelectual desde hace 23 años, lo que le impide incorporarse a la vida laboral por la falta de programas de enseñanza o supervisión que inserten a personas con este problema al mundo profesional.

Consciente de las carencias que enfrentan, Ana ha hecho posible que gente como Erwing —su hermano— se haya abocado a la búsqueda de alternativas que brinden oportunidades laborales justas y equitativas para individuos con discapacidad intelectual.

Erwing Iturbe Orbe comenta que, durante un diplomado que realizó en Argentina hace tres años, sobre incursión laboral, se le ocurrió crear Innova Multiplicare, una empresa de inclusión laboral mediante el sistema de apoyo Up Down, que se encarga de formar para el trabajo a jóvenes con rezago intelectual.

Desde 1977, Up Down se ha encargado de la formación de adolescentes para capacitarlos como meseros. Hasta la fecha se han graduado dos generaciones de 10 alumnos cada una.

De la primera tres personas tienen trabajo formal y seis más han realizado prácticas profesionales en restaurantes y hoteles en la ciudad de Rosario, Argentina.

El año pasado se introdujo el taller de teatro para formación de actores profesionales, proyecto que se ha exportado a México, específicamente a Chiapas, en conjunto con la Asociación Civil Unidos Pro Down.

Lo que pretendemos con Innova Multiplicare es crear la primera universidad en México dedicada principalmente a niños con problemas intelectuales, para que puedan capacitarse e insertarse al mundo laboral de manera profesional, comenta Erwing Iturbe Orbe, director general.

Los niños que padecen de síndrome de Down, durante su edad temprana encuentra un sinfín de opciones para que, paulatinamente, se puedan integrar a la vida cotidiana aprendiendo diferentes talleres de pintura y manualidades que ofrecen organizaciones públicas y privadas, pero al llegar a la edad adulta no existe espacio para ellos, por la edad o porque no existe infraestructura para su cuidado o supervisión.

Una vez adultos, no encuentran alternativas para estudiar o emplearse, ya sea por desconocimiento de las empresas o porque éstas no están informadas o convencidas de su capacidad laboral. Sin embargo, en la práctica las compañías que han contratado a estos individuos han comprobado que tuvieron mejoras en el clima laboral general de la empresa y rebasaron las expectativas que ellos tenían en un principio, comenta.

Este año comenzamos a trabajar en México, particularmente en Chiapas, ahí es donde nací, en dos áreas (discapacidad intelectual y sector agropecuario): en el primero, estamos transmitiendo el conocimiento aprendido en los modelos de inclusión laboral desarrollados en Argentina, el cual pretendemos consolidarlo en otras sociedades a través del tiempo.

En el segundo, desarrollamos programas (software) computacionales para uno de los sectores menos privilegiados y marginados en Chiapas, como es el campo; la ventaja competitiva de nuestro software es haberlo adecuado a la cultura chiapaneca y a las necesidades específicas de la actividad. Nuestra primera fase es cubrir las expectativas del los productores-empresarios de la actividad ganadera bovina.

Asimismo, estamos emprendiendo una revista de agronegocios para el estado de Chiapas, que pretende informar y unir al sector para estar preparado ante la globalización y ser más competitivo.

Inclusión laboral

En Argentina, comenzamos ofreciendo cursos para meseros de talla internacional, para que trabajen en hoteles de cinco estrellas; la duración es de dos años.

En la actualidad contamos con capacitación como auxiliar administrativo, en gastronomía y actuación.

Las personas que se inscriben tienen una preparación constante impartida por profesores que los van llevando de la mano hasta alcanzar el objetivo de insertarlos en el mundo laboral.

Los seminarios incluyen orientación laboral, donde les recalcamos a los jóvenes su compromiso, que tienen obligaciones; deben aprender a dormir temprano para ir al trabajo frescos y con ganas.

Durante todo el tiempo los alumnos están supervisados por un sicólogo que va midiendo los resultados individuales con cada familia.

Nos reunimos con empresarios para sensibilizarlos para cuando se incorporen y conozcan cómo se comportan las personas con síndrome de Down.