Caracas vuela dos pasos fronterizos.

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El vicepresidente venezolano Ramón Carrizález admitió ayer que militares de su país volaron dos pasos peatonales en el estado fronterizo de Táchira, que limita con Colombia y negó que esa acción represente una agresión contra Bogotá.

Carrizález dijo a la estatal Venezolana de Televisión (VTV) que militares volaron, en suelo venezolano, dos “pasarelas improvisadas” que eran utilizadas para el “narcotráfico” y el “contrabando”. “No ha habido agresiones hacia Colombia y no se ha entrado a territorio colombiano”, insistió el vicepresidente al rechazar los cuestionamientos que hicieron autoridades colombianas respecto a la acción.

Carrizález desestimó la decisión colombiana de denunciar el caso ante instancias internacionales y dijo que las autoridades colombianas “son agresoras” y que están tratando de “generar una matriz de opinión para aparecer como las víctimas”.

En un breve comunicado, la Cancillería de Colombia ratificó en Bogotá que informará del caso a las Naciones Unidas (ONU) y a la Organización de Estados Americanos (OEA).

“Este hecho constituye un acto unilateral y agresivo contra la población civil y las comunidades de frontera, y no consulta el proceder a través de los mecanismos diplomáticos”, agregó la Cancillería en su nota.

El ministro de Defensa de Colombia, Gabriel Silva, denunció la destrucción de los dos puentes rudimentarios fronterizos en Ragonvalia, en el departamento de Norte de Santander y a unos 370 kilómetros al noreste de Bogotá, en la frontera con Venezuela.

Gesto inamistoso

“Los puentes destruidos del lado venezolano corresponden a pasos peatonales comunitarios, utilizados por las comunidades altamente integradas de la zona de frontera para visitarse, para trabajar, para movilizarse y en ese sentido significa una agresión a activos civiles y a infraestructura comunitaria, que es una violación del derecho internacional”, dijo Silva a periodistas en un hotel del centro capitalino.

La internacionalista Laura Gil dijo en Bogotá que aunque desconocía a detalle eventuales tratados o acuerdos bilaterales sobre el tema de pasos peatonales entre dos países, consideraba la voladura como “un gesto inamistoso” entre dos países vecinos y en el actual clima de tensiones.

La destrucción de los dos puentes en la zona fronteriza con Colombia, un día después de que se informara de la muerte de tres colombianos, se sumó ayer a una serie de episodios que dañan aún más las ya deterioradas relaciones entre Bogotá y Caracas.

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, llamó “desgraciados” a su par colombiano, Álvaro Uribe, y a su canciller Jaime Bermúdez por reclamar de la Unión Sudamericana un pronunciamiento sobre el lenguaje belicista del gobierno venezolano.

“Desgraciado (Bermúdez) como desgraciado es su presidente y han desgraciado a Colombia. Yo me siento colombiano como el que más. Uribe no es colombiano, es un ‘pitiyanqui’”, dijo Chávez la noche del miércoles en un acto con partidarios.