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La seguridad acapara en gran medida el discurso de los aspirantes en los estados de Chihuahua, Sinaloa, Tamaulipas y Durango, entidades que concentran los mayores efectos de la lucha contra el crimen organizado por su cercanía con la zona fronteriza con Estados Unidos y tradicional refugio del narcotráfico.
En Chihuahua en la lucha por el gobierno del estado está prácticamente en “empate técnico” de acuerdo con encuestas de opinión y declaraciones de los contendientes: Carlos Borruel Baquera, por el PAN, y César Duarte Jáquez, del PRI-PT-PANAL-PVEM-Convergencia.
El PRD lanzó a Luis Orozco Orozco, que más que el triunfo aspira a mantener el registro de ese partido que en la pasada elección local no llegó ni el 2% de los votos.
Duarte y Jáquez tienen el reto de convencer a los votantes indecisos y a quienes no acuden a votar. Históricamente en Chihuahua el abstencionismo es de entre 60% y 65%, y ante la situación de violencia ambos han centrado sus campañas en el combate a la inseguridad.
También en Sinaloa se prevé una cerrada disputa entre Jesús Vizcarra Calderón de la alianza “Para ayudar a la gente” (PRI-PVEM-PANAL) y por la denominada alianza “Con Malova de corazón por Sinaloa” (PAN, PRD y Convergencia) con Mario López Valdez, mientras que el Partido del Trabajo (PT), que se desligó de la alianza opositora, tiene hasta el 10 de mayo para registrar candidato.
Encuestas elaboradas por la cadena periodística el Debate, Mitofsky y Gabinete de Comunicación Estratégica, Vizcarra tiene ligera ventaja, de entre seis décimas y tres puntos, sobre el más cercano de sus adversarios. Para el dirigente estatal del PRD, Ramón Lucas Lizárraga, la elección será histórica, ya que por primera vez la competencia entre las dos fuertes coaliciones se mantiene muy cerrada, a pesar que las campañas se inician el 14 de mayo.
En medio de una guerra de declaraciones entre el PAN y el PRD, el “robo” de candidatos de diferentes partidos y el PRI punteando las encuestas se oficializó el registro de los cinco candidatos que disputarán la gubernatura de Tamaulipas, donde las campañas se inician el 8 de mayo.
Rodolfo Torre Cantú por la coalición “Todos Tamaulipas”, integrada por PRI, PANAL y PVEM; Julio Almanza Armas, por el PRD; José Julián Sacramento, por el PAN; Alfonso De León Perales, por Convergencia, y Armando Vera, por el PT, estarán en la contienda.
Las encuestas colocan a Torre Cantú en un cómodo primer lugar con 49.8% de las preferencias, 18.4 puntos arriba de Sacramento, seguido de Almanza.
En Durango disputarán la gubernatura, el diputado federal y alcalde de la capital del estado Jorge Herrera Caldera de “Durango va primero”, abanderado por PRI y PANAL; el ex priísta José Aispuro Torres de “Durango nos une” (PAN-PRD-Convergencia); el catedrático universitario Gabino Martínez Guzmán, del PT; Nora de la Paz del PVEM y Juan Angel de la Rosa, del Partido Duranguense.
El aspirante priísta, amigo cercano del mandatario estatal, difundió en las últimas dos semanas encuestas en las que aseguró le favorece 44% de los electores contra 18% de Aispuro Torres.
En juego dos enclaves panistas
En julio, el panismo pondrá en juego dos de sus enclaves, Aguascalientes donde la rebeldía del gobernador tiene dividido al PAN en el estado, y Tlaxcala, cuyo gobierno busca ser recuperado por el PRI. Para los analistas el 4 de julio Aguascalientes vivirá una de sus jornadas electorales más polarizadas y controvertidas de su historia moderna, debido a que su gobernador, el panista Luis Armando Reynoso Femat, renuente en apoyar al candidato de su partido por desacuerdos políticos y señalado por militantes de su propio partido de que jugará en contra del PAN.
También marcará el rumbo de las elecciones la demanda penal en contra del candidato panista la gubernatura, Martín Orozco Sandoval, por supuestos actos de corrupción y tráfico de influencias durante su administración como alcalde de la capital, de 2005 a 2007, y que mantiene en la cuerda floja su registro oficial.
El PRI se ha beneficiado de esas disputas, al grado de que sus militantes aseguran que habrán de recuperar el gobierno luego de 12 años de haberlo perdido, con un candidato al gobierno del estado, como Carlos Lozano de la Torre, a quien se le califica como muy cercano al actual gobernador en la entidad.
A ello se agrega la malograda coalición entre e PRD y Convergencia, “Aguascalientes nos Une”, recientemente desmantelada y que llevó a Convergencia a nominar a Vicente Pérez Almanza, y al PRD a Nora Ruvalcaba como su aspirante a la silla del Palacio Mayor.
En Tlaxcala se inician las campañas el próximo fin de semana y las tres coaliciones que buscan la gubernatura llegan fracturadas en medio de cuestionamientos sobre la falta de transparencia de sus métodos de elección y la exclusión de grupos de militantes, por lo que el panorama y resultados de la elección son inciertos.
La lucha para suceder al panista Héctor Ortiz Ortiz se vislumbra cerrada entre el priísta Mariano González Zarur, de Unidos por Tlaxcala (PRI y PVEM) y la calderonista Adriana Dávila Fernández, de Por el Progreso de Tlaxcala (PAN, Panal y PAC), si bien la perredista Minerva Hernández Ramos (DIA, PRD, PT y Convergencia) podría dar la sorpresa en las urnas. La cuarta aspirante es la senadora con licencia Rosalía Peredo Aguilar, por el local Partido Socialista.
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