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Banamex y Bancomer se perfilan para ganarles a sus clientes una serie de juicios, a partir de este lunes, que están a cargo de la Suprema Corte de Justicia, en los que están en juego sumas multimillonarias.
Se trata de juicios en los que la Suprema Corte tendrá que decidir si está en litigio una especie de anatosismo (de cobro de intereses sobre intereses) contra los bancos, o si los conflictos se reducen o limitan al reclamo de pagos por conceptos de ahorros o inversiones que realizaron los clientes de los bancos, en la década de los años 80, a tasas pactadas por arriba de 90%.
El juicio más relevante, por involucrar miles de millones de pesos, es el que enfrenta Banamex contra uno de sus usuarios y porque su cliente es defendido por el ex legislador panista Diego Fernández de Cevallos.
La relevancia de estos casos, que llevan casi tres años en la Corte y cuya resolución se ha aplazado en diversas ocasiones, ameritó, incluso, que en su momento el ex secretario de Hacienda y ahora gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, sin ser parte en los procesos, interviniera a favor de las instituciones bancarias.
Por el impacto y trascendencia que tienen estos casos, la Corte acordó resolver, de inicio, un paquete de alrededor de 10 juicios de amparo que engloban la misma problemática, en los que se propone fallar a favor de los bancos y en contra de sus clientes.
A revisión, tasas del Banxico
El primer asunto en la lista es el de Banamex en el que la Corte analizará una propuesta que va en el sentido de amparar a la institución financiera para dejar sin efecto una sentencia que emitió el Supremo Tribunal de Justicia de Chihuahua, mediante la cual le ordenó, desde el 4 de septiembre de 2006, que le pagara al cliente de Fernández de Cevallos la cantidad de mil 462 millones de pesos; esto por concepto de una inversión de 400 mil viejos pesos que había hecho en 1987, cuando las tasas que pagaban los bancos eran superiores a 90%.
El Tribunal de Chihuahua determinó que Banamex había pactado con su cliente que le pagaría una tasa de interés bruta de 12%, una sobretasa de 81.87% y la tasa neta de 91.35%, por concepto de un depósito que había realizado en una de sus sucursales.
El tribunal también llegó a la conclusión de que el contrato que suscribió Banamex consideraba que la inversión se renovará cada mes, a las tasas pactadas desde el 28 de mayo de 1987, que fue cuando se realizó el depósito.
De ahí que en su sentencia el Supremo Tribunal de Chihuahua estableció que los mil 462 millones de pesos que le ordenó pagar a Banamex, se seguirían actualizando, a las tasas pactadas, hasta la fecha en que el banco cumpliera con su orden, por lo que el despacho de Fernández de Cevallos calcula el monto del adeudo, por los intereses generados en los últimos cuatro años, asciende a casi 250 mil millones de pesos.
El ministro a cargo del caso consideró como fundado el argumento que usó Banamex al afirmar que la tasa que pactó con su cliente era ilegal, porque no se apegaba a las tasas fijadas por el Banco de México.
En otras palabras, el banco incurrió en un acto irregular al pactar tasas tan elevadas, pero ahora ese hecho le beneficiará al propio banco y perjudicará a su cliente.
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