El día en que murieron los grandes saurios.

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El principio del fin comenzó con una luz que surcó los cielos del planeta, penetró en la atmósfera a gran velocidad y se dirigió hacia la superficie de lo que hoy es parte de la Península de Yucatán. La vida en el lugar del impacto se evaporó en un instante, como si mil millones de bombas atómicas parecidas a la que devastó Hiroshima hubieran estallado. El polvo levantado por la explosión empezó a cubrir el cielo de la Tierra y el sol comenzó a quedar oculto como en una larga noche.

Así fue el día que marcó el antes y el después de un mundo habitado por los dinosaurios. Durante años, todo eso era una hipótesis, pero ahora, tras años de estudios de científicos de varios países, puede decirse que aquello fue un hecho histórico ocurrido en un día cualquiera de hace 65 millones de años.

Jaime Urrutia, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, formó parte del equipo de 41 especialistas que hace unos días publicó un revelador artículo en la prestigiosa revista Science que le confirmó a la humanidad las certezas sobre aquel episodio en la historia de la Tierra, ocurrido muchos millones de años antes de que el hombre apareciera como especie. Urrutia, un experto en geodinámica, explica que los equipos participantes en la investigación han recolectado 5 mil muestras en la parte del cráter que está en la península yucateca, lo cual les ha permitido llegar a sus conclusiones; ahora, adelanta en entrevista telefónica desde Estados Unidos, comenzarán una exploración marina en la que se perforará la parte sumergida del cráter.

Ahora todos sabemos que el meteorito que provocó el cráter de Chicxulub causó un cataclismo, pero ¿cómo fueron los primeros días que marcaron la catástofre de los dinosaurios? Según Urrutia, la zona del impacto, hoy Yucatán, “se calentó muchísimo por la fricción y la onda de choque, así que la temperatura alcanzó los 5 mil grados centígrados. Es probable que el orden durara de varios meses a un año, la cantidad de gases sobre todo en la parte de los carbonatos de calcio que habían en la península produjeron ese tipo de calentamiento”.



Infierno en la Tierra

Aquel infierno que cimbró la Tierra con fuertes temblores fue apenas el preámbulo para una serie de fenómenos que, sin embargo, no se dieron de un día para otro. Uno de esos resultados fue que la temperatura en el planeta bajó notablemente y después incrementó. Fue un cambio climático con consecuencias para las especies existentes. “Primero hubo un enfriamiento por la capa de polvo y luego un calentamiento por la gran cantidad de gases de invernadero que se tenían, lo que ocasionó una perturbación en la parte climática que también debe de haber afectado a un número considerable de especies”, explica Urrutia.

Precisamente la afectación a las especies por esos cambios es lo que investigarán 30 grupos de científicos de México, EU, Europa, Canadá y Japón en el cráter yucateco, en un proyecto que costará de cinco a 10 millones de dólares y que recolectará evidencias geológicas en los sedimentos del pozo; así, estudiarán cuánto tardó la regeneración de la vida en la Tierra tras el impacto del meteorito.



A pesar de que el impacto del bólido fue brutal, eso por sí mismo no destruyó la vida como existía en el planeta de un momento para otro. Las extinciones se dieron gradualmente y los mecanismos fueron diversos, según el doctor Urrutia, quien aclara que después del impacto los procesos duraron meses, años o miles de años, lo cual se sabe a partir del análisis de los datos que aportan los restos fósiles. También a partir de esta evidencia es posible calcular cuánto tiempo tardó la vida en recobrarse.



Extinción gradual

Determinar el tiempo en el que se extinguieron los dinosaurios tras la caída del meteorito es uno de los objetivos de la exploración en la parte marina del cráter. Esta área sumergida guarda evidencias sobre aquel evento cuya magnitud aún es estimada. “Se han hecho algunas estimaciones pero el problema es que se requiere tener un mayor control en la velocidad de aproximación del bólido. Ahora se usan valores del orden de 20 a 25 kilómetros por segundo, pero depende del ángulo de impacto. Se comenta que el asteroide golpeó la Tierra con una fuerza mil millones de veces superior a la de la bomba atómica de Hiroshima, pero en realidad los valores están bien acotados debido a esta incertidumbre, principalmente por la velocidad del bólido y el ángulo de aproximación”, comenta el doctor.

La investigación, que se espera despejará muchas incógnitas, se hará tras aprobar una evaluación científica y financiera del panel internacional Integrated Ocean Drilling Program, programa de investigación marina que explora la historia de la Tierra. Cuando ya estén los resultados, se tendrá una idea más precisa de un cataclismo que si bien terminó con toda una era, también permitió que otras especies prosperaran hasta llegar a las formas de vida actuales. (Con información de Dalia de Paz)