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miércoles, 21 de octubre de 2009

Cerco a los 'vikingos' de Waziristán.

Noticia:


En un reciente vuelo sobre Waziristán del Sur, los helicópteros del Ejército paquistaní no lanzaron bombas sino octavillas. Se trataba de una carta del jefe del Estado Mayor, el general Ashaq Parvez Kayani, pidiendo el apoyo de los mehsud a la operación militar contra los talibanes. Es posible que sólo sea un ejercicio de relaciones públicas, pero subraya el error de equiparar con los talibanes a toda una tribu. Sin duda pesa su historia de rebeldía y su fama de indomables, aunque la leyenda oscurece en parte una realidad de pobreza y aislamiento.

"La tribu de los mehsud es una gente a la que jamás se le ocurriría someterse a una potencia extranjera", escribió sir Olaf Caroe, que ejerció de gobernador de la Frontera de la India Británica en vísperas de la partición. La ferocidad con la que estos pastunes repelieron a las fuerzas británicas desde su llegada en 1860, les granjeó el apodo de vikingos de la frontera. Hizo falta que llegara la aviación en 1925 para que sus líderes aceptaran firmar un acuerdo de paz. El carácter montañoso e inhóspito de la zona donde viven les ha ayudado a mantener su independencia y ahora constituye un obstáculo añadido para la intervención del Ejército.

"Es un terreno muy difícil, de montañas muy altas y pasos muy estrechos", relata el periodista paquistaní Nusrat Javeed, que estuvo por última vez allí hace ocho meses. "Además, desde la época de la yihad afgana la zona está llena de búnkeres subterráneos y túneles", añade para explicar cómo después de meses de bombardeos los militares aún no han acabado con sus escondites. El Ejército mantenía ayer una intensa batalla con los talibanes para el control de Kotkai, probable ciudad natal de Hakimullah Mehsud, actual líder de los insurgentes.

Los mehsud tienen clanes a ambos lados de la frontera afgano-paquistaní y son una de las dos tribus principales de Waziristán del Sur, donde controlan la mitad de sus 6.500 kilómetros cuadrados. Esa situación se deriva de la particular administración de las regiones fronterizas de Pakistán, que, a la hora de su independencia, les respetó la especial autonomía de que gozaban durante la colonización británica: reconocieron al Gobierno central a cambio de que el Ejército no entrara en su territorio.

Más difícil es saber cuántos mehsud viven allí, ya que, según un informe de Unicef elaborado en 2007, en Waziristán del Sur apenas se registra a un 1% de los recién nacidos. Es la mayor de las siete Agencias Tribales Administradas Federalmente (FATA) y también la menos poblada con entre 500.000 y 600.000 habitantes. Del desequilibrio de su distribución por sexos (125 mujeres por cada 100 hombres) se desprende la falta de oportunidades laborales que les obliga a emigrar.

La asociación de los talibanes con los mehsud tampoco es gratuita. El núcleo duro de esa guerrilla procede de dicha tribu. El Ejército asegura que en su territorio se ha planeado el 80% de los atentados suicidas que Pakistán ha sufrido desde 2007, cuando uno de los suyos, Baitullah Mehsud, fundó Tehrik-i-Taliban Pakistan (TTP), el Movimiento de los Talibanes de Pakistán. En realidad, lo que hizo fue coordinar a una sarta de grupos levantados en armas contra el poder central por su malestar con las incursiones que el Ejército llevaba a cabo en las zonas tribales desde la intervención estadounidense en Afganistán.

El ataque de un avión no tripulado de EE UU mató a Baitullah el pasado mes de agosto. Hakimullah, que era uno de sus lugartenientes, ha tomado el relevo al frente de una fuerza que el Ejército estima en 10.000 hombres sólo en Waziristán del Sur.

Pero mehsud son también la gran mayoría de las entre 100.000 y 200.000 personas que han abandonado esa región desde el anuncio de la operación militar el pasado junio. Muchos se quejan de que el Gobierno no les está ayudando y le acusan de castigar a su tribu por los crímenes de 10.000. "Está actuando con los desplazados como los israelíes con los palestinos", ha denunciado Saleh Shah, un senador originario de esa agencia. Shah advierte que si no se toman medidas con urgencia, esa actitud "reforzará a los talibanes".

"Nuestro objetivo no son los valientes y patriotas clanes mehsud, sino librarles de los elementos que han destruido la paz", asegura la carta que les ha dirigido el general Kayani. A pesar de que el texto está impreso en urdu y en pastún, su alcance resulta dudoso en una región donde el 80% de la población es analfabeta y la escolarización apenas llega a un 29% de los niños.

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