Ofrezco mis servicios.

OFREZCO MIS SERVICIOS:

De comunicólogo, analista político-económico, redactor y traductor del inglés al español.

Interesados, comunicarse al 044-55-39-21-99-91 Lic. Alejandro Flores King.

Amplia experiencia profesional en Medios de Comunicación impresos como GRUPO EDITORIAL EXPANSION, periódico EL FINANCIERO, la revista TEOREMA, AGRO 2000 y PROTOCOLO.






Documento



miércoles, 21 de octubre de 2009

Berlusconi acude a una fiesta de Putin para hablar de energía.

Noticia:


La fiesta, que durará tres días, transcurre ya en la fabulosa dacha de los grifos de oro, situada a orillas del lago Valdai, en los bosques más bonitos del mundo, al sur de San Petersburgo. Ni siquiera la visita real de la bella Rania de Jordania a Roma ha logrado convencer a Silvio Berlusconi de cambiar su agenda. El primer ministro italiano está desde ayer con su amigo Vladímir Putin en Rusia.

Se trata de una visita "secreta y privadísima", en la que se beberá vodka y se hablará de política, negocios y otras cosas. En teoría, los dos jefes de Gobierno se encuentran en la dacha del lago Valdai para celebrar los 57 años del primer ministro ruso (aunque los cumplió el pasado día 7). Pero el tema central del encuentro es el gasoducto South Stream, la joint venture constituida por la petrolera rusa Gazprom y la italiana Eni que tanto irrita a Estados Unidos.

La oposición a Berlusconi calificó ayer la visita privada de Berlusconi como "indigna de un país democrático". "¿En qué país del mundo?", se preguntó Francesco Rutelli, "puede suceder que un primer ministro vaya en un viaje secreto a ver al líder de uno de los países más importantes del mundo?". Y el ex comunista Massimo D'Alema añadió, entre bromas y veras: "Berlusconi viaja más a Rusia que los antiguos jerifaltes del PCI".

Amigos con intereses

Lo cierto es que la amistad entre Putin y Berlusconi es una de las más sólidas e interesadas del panorama internacional. Los representantes de los dos países de Europa donde las mafias tienen mayor presencia pactaron en 2003, durante una visita de Putin a Villa Certosa, que ENI se asociara con Gazprom para impulsar el proyecto South Stream, un nuevo gasoducto que llegará a Bulgaria desde el mar Negro ruso.

La tubería se dividirá en dos ramas; una llegará a Brindisi (Puglia) a través de Grecia y el canal de Otranto, con un desvío hacia Albania; y el otro ramal atravesará Macedonia, Serbia y Hungría y llegará hasta Viena. Dejando fuera a Rumania, que ahora busca desesperadamente unirse al proyecto.

Temores estadounidenses

Los recelos de Estados Unidos ante South Stream son enormes. Gazprom calcula que, cuando los dos gasoductos estén en funcionamiento, la dependencia energética de Europa respecto a Rusia alcanzará el 33%. Y según ha advertido el experto de la Universidad de Harvard Marshall Goldman, "todos los Estados europeos que se aprovisionen de gas por los gasoductos rusos quedarán a merced de la voluntad del Kremlin".

Washington teme además que South Stream acabe estrangulando el gasoducto Nabucco, que cuenta con su apoyo y que firmaron en julio pasado Bulgaria, Turquía, Rumania, Hungría y Austria en presencia del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. Nabucco traería el gas ruso a Europa por Azerbayán.

El tercer proyecto en discordia es el North Stream, que debe unir Rusia con Alemania a través del Báltico y que podría comenzar a bombear gas a finales de 2011, si colaboran los países costeros. Suecia se ha negado de momento a ceder sus aguas territoriales.

El ex canciller alemán Gerhard Schroeder, que preside el consejo de accionistas de North Stream, asistirá también a la fiesta de Putin y Berlusconi, según las noticias avanzadas por el periódico de la familia del primer ministro italiano, Il Giornale.

Curiosamente, Berlusconi apostó a fondo por el gasoducto en 2007, cuando era jefe de la oposición. Ese año visitó dos veces la dacha de Putin, construida en 1980, y coincidió tanto con Schröder como con Jacques Chirac, ex presidente francés.

Ahora, acosado por los escándalos y en plena crisis institucional, Berlusconi, según escribió el Corriere della Sera el 6 de octubre, ha pedido ayuda a Putin, ex jefe del KGB, para que los servicios secretos rusos le ayuden a contragolpear a sus adversarios políticos. Berlusconi no desmintió esa información durante 24 horas, aunque se vio obligado a hacerlo cuando la oposición amenazó con elevar una pregunta al Parlamento.

Apenas una semana después, Il Giornale, publicó un dossier de la inteligencia checoslovaca de los años sesenta sobre Corrado Augias, veterano comunista y colaborador de La Repubblica. Según ha informado este diario, algunos hombres de confianza de Berlusconi revelaron tras la información del Corriere que el objetivo al pedir ayuda a Putin es averiguar datos sobre el pasado comunista del Jefe del Estado, Giorgio Napolitano.

La relación Putin-Berlusconi es vista por Washington con enorme inquietud. En su primera entrevista concedida a un medio italiano, el nuevo embajador estadounidense en Roma, David Thorne, mostró su preocupación por la "excesiva dependencia energética" italiana.

Franco Venturini, en Il Corriere della Sera, aseguraba que Berlusconi ha oscilado el péndulo de manera exagerada hacia Putin abriendo un grave contencioso con Estados Unidos. "Ser los abogados de Putin no da confianza a nadie y daña la credibilidad italiana".

Lazos personales

La política de Berlusconi hacia Rusia, en la que no interviene siquiera su ministro de Exteriores, Franco Frattini, quedó sellada en Villa Certosa en 2003. Junto a Veronica Lario, entre espaguetis y canciones del célebre Mariano Apicella, Putin y Berlusconi acordaron que Eni y Gazprom prolongaran desde 2017 hasta 2027 los contratos del gas (3.000 millones de metros cúbicos de metano) y decidieron que llegara a Italia a través de una tercera empresa.

La solución fue un viejo amigo de Berlusconi, Bruno Mentasti Granelli, ex socio en Tele+ y ex dueño del agua mineral SanPellegrino. Tras vender la empresa del agua, Mentasti creó la sociedad Central Energy Italia y se convirtió en el hombre de confianza de Berlusconi y de Gazprom. Según publicó en 2005 Il Sole 24 Ore, Central Energy está controlada en realidad "por sujetos rusos, varios de ellos relacionados con Gazprom".

Berlusconi estuvo en Sofia la semana pasada y habló de South Stream con Boyko Borissov, el nuevo primer ministro búlgaro. Frattini ha declarado al Financial Times que Italia conoció la preocupación de Estados Unidos ante el proyecto South Stream durante la visita del ministro de Desarrollo Económico, Claudio Scajola, a Washington la semana pasada.

Frattini agregó que Italia está diversificando sus compras, como muestra la firma, el lunes en Milán del acuerdo entre Eni y la petrolera turca Calik para tender otro gasoducto desde el mar Negro turco a la costa mediterránea. Igor Sechin, viceprimer ministro ruso, ha dicho que Rusia está preparada para inyectar gas a la tubería.

No hay comentarios: