Israel liberará a 20 prisioneras palestinas a cambio de información sobre el soldado Shalit.

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Israel liberará a 20 mujeres palestinas a cambio de pruebas de vida de su soldado cautivo por milicianos palestinos, Gilad Shalit, según han informado fuentes egipcias de seguridad así como de la oficina del primer ministro israelí.

"Es un gesto humanitario", ha dicho la fuente de Egipto, principal mediador en el conflicto entre el Gobierno de Israel y Hamás. La misma fuente ha afirmado que la liberación de la veintena de prisioneras palestinas se hace a condición de que los captores informen de cómo está el cabo israelí, capturado el 25 de junio de 2006 cerca del paso fronterizo de Kerem Shalom, al sur de la franja de Gaza. Este acercamiento entre israelíes y palestinos se ha conseguido gracias a los esfuerzos de los mediadores egipcios y alemanes, según ha añadido la fuente.

Mientras tanto, la oficina del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha lanzado un comunicado en el que confirma que su Gobierno liberará a las mujeres palestinas en lo que considera un gesto dentro de las negociaciones para conseguir la libertad de Shalit. "Según los mediadores, Israel recibirá una inequívoca y puesta al día prueba de vida de Gilad Shalit", recoge el comunicado. La última prueba de vida del joven soldado está fechada en junio de 2008 y era una carta escrita por el propio Shalit, que lleva más de tres años en cautividad.

El portavoz de Hamás, Abu Obaida, ha apuntado que entre las mujeres que serán liberadas -19 de Cisjordania y una de Gaza- figuran miembros de todos los partidos y milicias palestinas: Fatah, Hamás y Yihad Islámica, entre otros grupos. Hasta la fecha, los Gobiernos israelíes se han negado a liberar a prisioneros de los movimientos islamistas. Tan sólo han salido a la calle cientos de miembros de Fatah como gesto hacia el presidente palestino, Mahmud Abbas, cuando éste negociaba con el ex primer ministro Ehud Olmert. Que Israel se comprometa a excarcelar a las mujeres islamistas -aunque a todas les restaban menos de dos años para cumplir sus penas- no deja de ser una señal de que ambas partes desean poner punto final a un episodio que se prolonga más de tres años. En todo caso, es aconsejable la prudencia. Antes del verano, los medios de comunicación israelíes daban por hecho, citando fuentes diplomáticas europeas, el traslado a Egipto de Shalit "en pocas horas". Evidentemente, no fue así.

Más de ocho meses después de que concluyera la guerra en Gaza, que devastó la estructura económica de la franja como nunca antes había sucedido, Hamás necesita un respiro. Sin el canje de Shalit por los prisioneros palestinos, Israel no aliviará el atroz bloqueo económico que padece el millón y medio de habitantes del territorio ocupado. Pero al mismo tiempo, la organización fundamentalista tampoco puede renunciar a su exigencia principal: la excarcelación de unos 450 prisioneros que han cumplido ya dos décadas de prisión en cárceles israelíes y la de los cerebros de los atentados suicidas que conmocionaron a Israel a principios de esta década. En total, Hamás reclama la liberación de unos 1.450 presos de los casi 11.000 que pueblan las prisiones israelíes, cientos de ellos postrados en un limbo jurídico -un Guantánamo en toda regla- porque no son sometidos a juicio ni se presentan cargos en su contra.

La liberación de los prisioneros implicados en ataques terroristas en Israel es también uno de los escollos que afrontará el Gobierno de Netanyahu. Los familiares de las víctimas de los atentados se manifestaban antes del verano en contra de la liberación de estos prisioneros. Y abundan los políticos que rechazan el canje porque consideran que es lesivo para los intereses estratégicos de Israel y que supone una recompensa y un triunfo para el movimiento islamista. En el Ejército, sin embargo, son partidarios del intercambio. Recuperar a los soldados capturados es una tarea esencial para que la opinión pública de Israel -país en el que el servicio militar es obligatorio para jóvenes de ambos sexos? siga manteniendo la confianza en que las Fuerzas Armadas harán todo lo que esté en su mano para no abandonar a ninguno de sus soldados.

Los servicios de inteligencia egipcios se empeñan en el intercambio desde casi el día en que el cabo israelí fue capturado. Pero la entrada en escena del mediador Ernst Urlau, un alto funcionario alemán, parece acelerar la negociación. Urlau -que ya ejerció el año pasado un papel fundamental en el canje de los cadáveres de dos militares israelíes por cientos de cuerpos de libaneses y por media docena de milicianos de Hezbolá- es un experimentado mediador. También, en 2004, intercedió en otro intercambio por el que el hombre de negocios Elhanan Tenenbaum regresó a Israel desde Líbano a cambio de casi 1.500 milicianos.