Panamá quiere evitar lista negra.

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Empeñada en resguardar el secreto bancario y otra serie de ventajas tributarias competitivas, Panamá enfrenta la amenaza de ser incluida en la temida lista negra de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) por ser uno de los más importantes y estratégicos paraísos fiscales de América Latina y el Caribe.

Las negociaciones para quedar fuera del listado son intensas y el tiempo se acorta frente a la Cumbre del Grupo de los 20 (G-20) del 2 de abril en Londres, pero ni banqueros ni instituciones financieras privadas de América, Europa y Asia instaladas en Panamá quieren ceder privilegios.

“Hay que hacer algo, pero lo que está por decidirse es qué, cómo y cuándo”, alertó la ministra panameña de Comercio e Industrias, Griselda Álvarez. El gobierno de Panamá negociará esta semana con la OCDE someterse a diversos compromisos para tratar de evitar que el país caiga en la “lista negra”.

Pero el G-20, integrado por potencias económicas mundiales, así como por México, Argentina, Brasil y otras economías emergentes, tiene a Panamá en la mira y evaluará a naciones santuario en evasión de impuestos por sus ventajas unilaterales, mientras otros países están urgidos de esos recursos sin tributar para enfrentar la crisis económica global.

Como presunto escondite de gran cantidad de capitales provenientes de todo el mundo acogidos al secreto bancario, la plaza financiera panameña ofrece múltiples atractivos, pues Panamá nunca gravó las ganancias obtenidas en fuentes foráneas y tiene aparatos legales liberales para regular las sociedades anónimas y crearlas con rapidez y bajo costo. Las firmas de seguros y reaseguros administradas en Panamá operan libres del pago de impuestos.

Con el dólar como moneda de curso legal, Panamá dispone de un Centro Bancario Internacional con 90 bancos de América, Asia y Europa que opera sin restricciones monetarias ni controles cambiarios. La Superintendencia de Bancos de Panamá informó que, a enero de este año, los activos del centro superan los 63 mil millones de dólares.

En 2002 Panamá prometió cambios para garantizar el intercambio de información tributaria, con la condición de que otros paraísos fiscales adoptaran controles similares.


Comentario:

Así como se presiona a Cuba en lo político, ¿por qué no presionar a Panamá en lo financiero? Ya no puede haber paraísos fiscales en ningún lugar del mundo.