“Un trabajo por herencia familiar”

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El cultivo del henequén que en los años 60 y 70 representó la época de oro para Yucatán, es hoy en día una siembra que por tradición y herencia familiar se continúa, pero cuyos dividendos económicos apenas si permiten “comprar la comida y sobrevivir”.

La fibra del henequén tiene cada vez menos mercados y la mayor ganancia “se la llevan los desfibradores e intermediarios”, aseguró el campesino y productor, Ricardo Canul López.

“Se abandonó el henequén y nos dejaron de apoyar, algunos sólo producimos porque es una herencia, como en mi caso, de mis abuelos y mi padre, José del Carmen Canul”.

¿Cuánta superficie tiene sembrada en la actualidad?

Sólo tengo dos hectáreas, una que compré con mis ahorros a mi propio abuelo y una más que me heredó mi padre.

¿Cuánto produce al mes?

Por lo general, de 30 a 40 kilos.

¿Promedio cuánto gana?

A veces logro sacar entre mil 500 y 2 mil pesos, ya que el precio es bajo, ahorita está a 6.50 pesos el kilogramo de la penca o fibra.

Si no deja dinero, ¿por qué continúa en la actividad?

Por herencia familiar, ya que desde chico me enseñaron a cultivar el henequén, pero ya no deja mas que para sobrevivir.

Canul López, quien es soltero y vive en este pequeño municipio de lo que fuera la zona henequenera de antaño en Yucatán, precisó que ni siquiera se ha preocupado por casarce, pues la situación económica es muy difícil.

¿Crees que el henequén se debe seguir cultivando?

Creo que sí, hay mucha gente que sabe de las siembras y levanta varias cosechas, pues le da hasta siete cortes a cada penca.

¿Cuántos cortes aguanta?

Si es una planta en etapa de producción aguanta 12 cortes, pero cada uno en un lapso de 6 meses.

Canul López dijo que la planta de henequén tarda entre seis y siete años para recibir su primer corte. “Es otra de las cosas que impide que se coseche mucho, pues es una planta que tarda años en crecer”.