China sube tensión con el Tíbet.

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China aumentó la seguridad en la región autónoma del Tíbet ante la celebración de hoy del aniversario del alzamiento frustrado de 1959 contra el gobierno central de Beijing, practicando 442 detenciones, según informó ayer el gobierno tibetano en Lhasa.

Las operaciones policiales fueron bautizadas como “intervención dura” por las Fuerzas de Seguridad en la página oficial del gobierno chino.

Según fuentes oficiales del gobierno de Lhasa, se registraron más de cuatro mil casas y se hicieron redadas en 178 hoteles y pensiones. De los 442 detenidos ya fueron condenados siete de ellos por engaño, encubrimiento o robo.

El 10 de marzo se cumplen 51 años del frustrado alzamiento tibetano en contra de la ocupación china.

El comunicado oficial no habla de separatismo, sino que la operación se dirige contra criminales y fuerzas independentistas. Hace dos años, durante este aniversario en Lhasa, se produjeron disturbios sangrientos que se fueron extendiendo a otras zonas del Tíbet y ensombrecieron la preparación de los Juegos Olímpicos de Beijing, dejando 18 muertes y cientos de heridos, según fuentes oficiales chinas.

La organización International Campaign for Tibet, con base en Washington, informó, citando fuentes en Nepal, que la frontera principal entre el Tíbet y Nepal fue “efectivamente cerrada en los días previos al aniversario”. También afirma que los vuelos entre Katmandú y Lhasa fueron suspendidos desde el pasado viernes.

Llamado a la élite

El exiliado líder espiritual tibetano, el Dalai Lama, hará un llamado a la élite en la región del Himalaya gobernada por China en su discurso de hoy. invitándolos a visitar comunidades de tibetanos en el exilio.

En un discurso que conmemora los 51 años desde que huyó al exilio, el Dalai Lama prometerá que él y los miembros de su gobierno en el exilio no aceptarán cargos políticos si el problema del Tíbet se resuelve.

También condenará las condiciones en el Tíbet y ofrecerá su apoyo a Xinjiang, otra parte de China poblada por una minoría étnica, los uighures musulmanes, de acuerdo a una copia adelantada de su discurso obtenida por Reuters.

China califica al ganador del Premio Nobel de la Paz de separatista y dice que fomenta la violencia. El Dalai Lama niega ambas acusaciones, diciendo que sólo busca autonomía genuina para la remota región.

Al dirigirse a los tibetanos que trabajan para el gobierno chino, el Dalai Lama dirá: “Invito a funcionarios tibetanos trabajando en varias áreas autónomas tibetanas a visitar comunidades que viven en el mundo libre, ya sea oficialmente o de manera privada, a observar la situación por sí mismos”.