Irán amenaza con tomar medidas "serias" contra los británicos detenidos.

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La Guardia Revolucionaria de Irán ha confirmado hoy que sus fuerzas navales tienen detenidos a cinco ciudadanos británicos cuyo yate interceptaron en aguas del golfo Pérsico la semana pasada. Su detención, dada a conocer el lunes por Londres, se produjo cinco días antes cuando navegaban de Bahrein a Dubai para participar en una regata y al parecer penetraron por error en aguas territoriales iraníes. Teherán está investigando el asunto y ha dicho que actuará con firmeza si se demuestra que los navegantes tenían "malas intenciones".

"El poder judicial decidirá sobre los cinco... por supuesto nuestras medidas serán firmes y contundentes si descubrimos que tenían malas intenciones", ha advertido Esfandiar Rahim Mashaie, el jefe de gabinete del presidente Mahmud Ahamdineyad y uno de sus más próximos colaboradores, citado por la agencia semioficial Fars.

La fuente del comentario y el hecho de que los regatistas se encuentren en manos de la Guardia Revolucionaria, hacen temer que el incidente se enrede en las difíciles relaciones que mantienen Reino Unido y la República Islámica. Al histórico recelo que los iraníes sienten hacia Londres por su pasado colonial, se suma ahora la crisis nuclear y las críticas británicas a la violencia con la que Teherán ha suprimido las protestas post electorales. De hecho, la decisión inicial del Foreign Office de no hacer pública la detención cuando tuvo noticia de ella el pasado miércoles, buscaba evitar su politización.

"Está totalmente descartado que estos cinco jóvenes tuvieran ninguna mala intención", ha declarado el secretario del Foreign Office, David Miliband, a la BBC. Según los medios británicos, su velero, el Kingdom of Bahrain, tuvo una avería en el motor y al parar el viento quedó a la deriva cerca de la isla de Abu Musa, una de las tres que se disputan Irán y Emiratos Árabes Unidos, pero que se encuentra bajo control iraní.

Ese detalle añade sensibilidad al caso, justo en un momento en que los dirigentes iraníes se encuentran más susceptibles de lo habitual tanto por el empuje del movimiento de oposición popular surgido tras las elecciones del pasado junio, como por la creciente presión internacional sobre su programa nuclear. En los últimos meses, la Guardia Revolucionaria, el ejército ideológico del régimen, ha extendido su control en todos los ámbitos y, según un estudio de la Marina estadounidense que Irán no ha desmentido, sus fuerzas navales han relevado a los guardacostas de la Marina convencional en el control de sus aguas en el golfo Pérsico y el estrecho de Ormuz. Los observadores temen que sus ideólogos intenten utilizar la detención como moneda de cambio.

"Lo del yate es un regalo que les ha caído del cielo y que les permitirá alardear ante los británicos, el deporte nacional de las élites locales", asegura un embajador no europeo.

De hecho, los precedentes no son alentadores. Tres senderistas estadounidenses se encuentran detenidos desde que a finales de julio se extraviaron en la frontera entre el Kurdistán iraquí e Irán, y las autoridades anunciaron hace unos días que iban a ser acusados de espionaje. En marzo de 2007, Teherán detuvo a 15 marinos británicos que supuestamente violaron la demarcación entre Irán e Irak, en la boca del Chat el Arab. Intensas presiones diplomáticas lograron su liberación apenas dos semanas después.

Ahora, los portavoces británicos insisten en la condición de civiles de los cinco detenidos y rechazan las comparaciones con aquel caso. Aún así, el trago de los marinos fue mucho menor que el de un alemán y un francés capturados en noviembre de 2005 mientras practicaban la pesca deportiva en una zona próxima a donde ahora han sido detenidos los regatistas. Ambos fueron condenados a 18 meses de cárcel por entrada ilegal en las aguas territoriales iraníes y sólo quedaron en libertad a principios de 2007.