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miércoles, 18 de marzo de 2009

El regreso al 'núcleo duro' de la Alianza Atlántica divide Francia.


Noticia:


El debate fue vibrante y vivo, con tiras y aflojas, gritos, insultos, pataleos y abucheos. Y discursos encendidos a favor y en contra. El Parlamento francés discutió ayer la entrada del país en el mando integrado de la OTAN. Pero no sólo se discutía de eso. Se habló de independencia, de influencia planetaria, del peso diplomático de una vieja potencia que se resiste a jugar de defensa y no de delantero en el equipo ganador, en resumen, de la identidad de Francia y su lugar en el mundo, que algunos ven cuestionados por el reingreso en el núcleo duro de la Alianza Atlántica y, otros, por el contrario, reforzados.

El primer ministro, François Fillon, llegó con un largo discurso escrito que leyó, con su flema característica, sin inmutarse por los chillidos que le llegaban desde la izquierda del hemiciclo. "No necesitamos lecciones de democracia de algunos que quieren venir aquí a dárnoslas", soltó, nada más empezar. Fillon salía al paso de la principal crítica al debate: que es inútil, que todo está decidido, que el próximo 2 de abril Nicolas Sarkozy anunciará el ingreso de Francia en el núcleo duro de la Alianza en una cumbre que se celebrará, simultáneamente, en las ciudades fronterizas de Estrasburgo (Francia) y Khel (Alemania). Fillon continuó elevando el listón y atacando el corazón del problema y de la discusión: "Francia es grande, señores, cuando es grande para el mundo, Francia se siente concernida por una responsabilidad universal".

Los de las bancadas de la izquierda seguían chillando. Los de la derecha aplaudían. No todos. Había asientos vacíos, pertenecientes a diputados de la derecha (viejos gaullistas, seguidores del ex primer ministro Dominique de Villepin, contrario al ingreso...) que no estaban de acuerdo y que no acudieron al debate.

El primer ministro Fillon continuó, inmune a los gritos: "¡Nuestra nación no recibe órdenes de nadie! Francia, aliada pero no vasalla, fiel pero no sumisa, fraternal pero no subordinada: así es nuestra relación con América". Alguien, desde los escaños socialistas, chilló: "¡Marioneta!".

Después, inevitablemente, citó al general Charles De Gaulle, que en 1966 retiró a Francia del mando integrado de la OTAN por divergencias con Estados Unidos. Obligó, un año después, a levantar las bases militares de EE UU ubicadas en suelo francés. Fillon precisó: "Hay una lección que debemos recordar del general: la de jamás mirar al porvenir con los ojos del pasado".

Al concluir, volvió a lo intrínsecamente francés: "Las circunstancias evolucionan, señores, las estructuras cambian. Pero nuestra esencia permanece: la de la grandeur [grandeza] de Francia".

El socialista Laurent Fabius personificó a los oponentes del ingreso. Sin papeles, improvisando, levantó a los suyos del asiento y molestó a los contrarios con una intervención decidida que comenzó criticando un debate que, según dijo, no iba a ninguna parte. Sin embargo, se metió de lleno en él. Y criticó al Gobierno por haber rebajado las condiciones de acceso, de haber aceptado exigencias estadounidenses. Pero luego se dedicó a cuestiones más abstractas: "¿Quién nos garantiza que si Francia hubiera estado en [el núcleo duro de] la OTAN habría podido liderar la oposición contra la guerra de Irak?".

Algunos han criticado la hipocresía que implica rechazar el ingreso en el mando integrado de la OTAN mientras se permanece en todas las otras estructuras de la Alianza. Es lo que se ha denominado "un debate simbólico". Fabius no rehuyó el asunto: "Los símbolos son necesarios. La gente se mueve por símbolos. Son esos símbolos y esa historia la que hacen a Francia más grande que sus habitantes y su geografía". Y concluyó, citando al general: "Y digo como De Gaulle: 'Izad los colores', pero los colores de la libertad, la igualdad, la paz, el desarrollo de los pueblos y su independencia".

Tras el intenso debate, la Asamblea Nacional aprobó el regreso de Francia al corazón de la OTAN por 329 votos a favor y 228 en contra.


Comentario:

Se debatió el futuro de Francia en el mundo.


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