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lunes, 11 de agosto de 2008

No atrae a los costarricenses vivir en apartamentos.

Noticia:

Los costarricenses prefieren vivir en una casa con jardín y patio, a hacerlo en un edificio de apartamentos o condominios.

Los resultados de esa preferencia están a la vista: según estadísticas, desde el 2005 hasta junio de este año, las viviendas en altura apenas corresponden al 28% del total de las obras construidas.

El restante 72% son casas horizontales, según datos suministrados por la Cámara Costarricense de la Construcción.

Un estudio hecho por la Fundación Promotora de Vivienda (Fuprovi), destaca que la principal razón que tienen los ticos para no vivir en una torre de departamentos es el temor a tener una mala relación con los demás vecinos.

Otras causas son el costo elevado del apartamento, la carencia de un espacio para jardín o patio, las limitaciones para tener una mascota y la sensación de que en una torre se carece de una propiedad.

Quienes prefieren habitar en esas estructuras afirman que son más seguras y tienen gran vista.

Vivir en un condominio no gusta porque hay que compartir el ascensor, la zona de estacionamiento y otras áreas. Cuando se vive en la propia casa hay más privacidad y se goza de las zonas verdes.

Asimismo, se argumenta que no se tienen a los vecinos tan "pegados" y cuando se quiere remodelar la casa al gusto de uno, no hay necesidad de ajustarse a un reglamento.

Los constructores de condominios citan que, entre las ventajas de este tipo de viviendas, están la seguridad y contar con áreas de recreación como zonas verdes y piscina.
Espacio.

El Programa de Reordenamiento Urbano de la Gran Área Metropolitana (Prugam), destaca que en 22 años se requerirá entre 400.000 y 600.000 unidades nuevas de vivienda. Esa cantidad corresponden solo a los que se necesitarán en los 31 cantones centrales del país, desde San Ramón hasta Paraíso.

Sí esas estructuras se construyen con la tendencia actual, donde la mayoría son horizontales, entonces se ocuparán 4.500 hectáreas, pero si se levantan edificios habitacionales solo se consumirán 2.150 hectáreas. Es decir, no se reducirán tanto las zonas verdes.

Las consecuencias de la tendencia actual son fatales pues se pone en riesgo los recursos naturales como el agua y las zonas de producción agrícola. El peligro latente es acabar con parte de lo recreativo que es disfrutar del campo, el paisaje y si sigue la expansión, las personas estarán condenadas a realizar viajes más largos para llegar a sus trabajos, dijo Eduardo Brenes, director del Prugam.

Olman Vargas, director ejecutivo del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos, calificó como una necesidad el desarrollo de más edificios para vivir. Reconoció que en el país hay una fuerte cultura de vivir en construcción horizontal y cambiar eso será difícil.

Las construcciones en altura están rezagadas. Por el momento, se han quedado solo para Escazú, San José y las costas, pero habría muchos beneficios si se desarrollan en Alajuela, Heredia y Cartago”, afirmó Olman Vargas.

Randall Murillo, director ejecutivo de la Cámara Costarricense de la Construcción, es optimista en que pronto se acelerarán las construcciones verticales. Si los desarrolladores empiezan a hacer proyectos, poco a poco las personas los irán comprando, indicó Murillo.

Ahora se han vendido todos los condominios hechos en edificios, incluso antes de que estén terminados, según los encargados de los proyectos habitacionales.

Comentario:

Dicen que en gustos se rompen géneros, pero las necesidades de espacio tarde o temprano harán que los costarricenses cambien de opinión. Si no, al tiempo.

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